Ya estamos a dos de Febrero.
¿Cómo es posible? ¡Si parece qué sólo hayan pasado unos pocos días de las fiestas navideñas!
El tiempo pasa y por suerte, no nos damos cuenta hasta que ha pasado, hasta que pensamos en ello. Creo que de otro modo, sería una locura que nuestro cerebro no podría aguantar.
"Tempus Fugit". Si alguien me preguntara por mi frase favorita, diría que es esta. Esta frase es una expresión en latín que da a entender que el tiempo vuela y que no puedes perderlo. Alguien puede preguntarse que, cómo puede gustarle esa frase a alguien que defiende a capa y espada la cultura del slow life. Me gusta porque es la máxima expresión de la contra posición.
Adoro el slow life. Tener tiempo para comer disfrutando de los alimentos, para reunirme con mis amigos, compartiendo mi vida con ellos. Tener tiempo de pararme a mirar el mar, de notar la brisa en mi rostro, de ver las "gavinas" volar. Y me gusta tener tiempo para pensar en esa frase y en que la humanidad, siempre ha pensado en lo mismo, en la manera de aprovechar el tiempo al máximo, pues esa frase, surge por primera vez, en el poema llamado Geórgicas de Virgilio, un poeta romano que escribió en el siglo veintinueve antes de cristo.
Nada ha cambiado aunque todo es diferente. Seguimos persiguiendo el tiempo y yo me pregunto si la solución no es sino, dejar de pensar en perseguirlo, para vivirlo.
Para explicaros el próximo párrafo, he de advertiros que soy una enamorada del cine en general, pero que disfruto mucho con las películas de desastres. Aquellas que intentan acabar con la tierra, en los que hay maremotos, volcanes, terremotos... etc...etc... Pero eso si, solo de aquellas que acaban bien, aunque, siempre sumidas en una especie de edad media tecnológica.
Aviso, que no soy tecnófoba. Me encantan los chismes electrónicos, pues creo que muchas veces ayudan a conectar con la gente con mucha mas facilidad que en el pasado. Pero por otro lado, creo que nos estamos pasando de la raya a la hora de necesitar cosas.
Queremos más. Trabajamos más para tener más, pero a veces, incluso, nos quedamos sin tiempo para disfrutar de aquello que todo nuestro trabajo nos ha hecho conseguir. Ya lo disfrutaré en el futuro. Cuando me jubile, cuando los niños se hagan mayores, cuando las cosas vayan mejor, cuando...
Y yo me pregunto si en esta vida, donde lo único que no tenemos claro es cuando dejaremos de existir, ¿Quiénes somos nosotros para decidir cuándo vamos a disfrutar de las cosas, si ni siquiera podemos controlar cuanto vamos a durar en este mundo?
Decía John Lenon que, "La vida es lo que te ocurre, mientras te empeñas en hacer otros planes", aunque creo, que si hablo de frases favoritas, además de la ya mencionada, me quedo, (sin querer comparar a un gran cantante con uno de los grandes pensadores del siglo veinte, como fue Mohandas Karamchand Gandhi, más conocido como Mahatma Gandhi), con una de sus educativas frases:
Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir siempre.
No dejemos de vivir, no dejemos que el tiempo se escape, pero tomemos algo de ese mismo tiempo para disfrutar de las vivencias de cada día. De un atardecer, de la sonrisa de los niños, de las vivencias de nuestros mayores, de una cerveza con nuestros amigos, de una confidencia con nuestros hermanos, o incluso, el suficiente tiempo, para pensar en todo lo que tenemos y en si necesitamos más.
Slow life mis pequeños pensadores y muchos besos, que hacía días que no os besaba.
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