O para que todos me entiendan...
Lo difícil de esperar... es que nunca sabes hasta cuando tendrás que hacerlo.
Siempre he odiado esperar. No me gusta que mis actos o mi vida estén a merced de los demás sin poder controlar algo que me afecta personalmente, pero a veces, esto es lo que hay. Aunque crea que las cosas podrían funcionar mejor si fueran de otra manera, también yo he de seguir los caminos abiertos por la sociedad y no desviarme de esos senderos seguros.
A veces, cuando me siento a escribir el blog, no sé sobre que escribiros, pues en teoría esto era una Odisea que contar, pero si el mar está en calma, el viento no aparece, y el barco no se mueve, poco hay que explicar. Sólo que sigo dejándome llevar por la marea.
Como ya he comentado en otras entradas, creo que el trabajo de una escritora es transmitir lo que siente y hacer vibrar al lector. Hoy añadiré algo más, algo que creo es muy importante. Tenemos la misión, de hacer pensar a la gente en cosas, que de otra manera, no llegarían a pensar.
Nos tomamos poco tiempo para pensar, ya que pensar, nos hace preocuparnos por cosas que se encuentran escondidas en nuestro interior y que, por ahora, ya nos va bien que sigan ocultas, pues de esa manera no molestan.
Así que aprovecharé este blog, que también he de decirlo, cada vez tiene más lectores, para haceros pensar en ese precioso modo de vida que defiendo como es el Slow Life. Y que mejor que adjuntar uno de esos escritos que a veces nos llegan a través de internet y que espero, disfrutéis al final de estas palabras que hoy os escribo, porque, aunque no se quien es el/la autor@, puedo decir que es un genio.
Muchas veces me pregunto, quién tiene el tiempo para hacerlos. Y la verdad es que, esas presentaciones, que tanto molestan a los jefes que recibas, pero que, casi siempre abres y miras en horario laboral, están creados por alguien, que sabe que la mejor manera y la más rápida de transmitir un pensamiento, es a través de imágenes y música bonita, enlatadas en un pps que dura como mucho, cinco minutos.
Por eso, a lo mejor, la gente no lee tanto como antes, porque le falta tiempo. O cree que le falta. A veces llenamos nuestro tiempo de cosas tan absurdas como gritarle en un semáforo a la conductora que se retoca los labios, o desesperarnos ante una ventanilla por culpa del funcionario de turno, o el nerviosismo que nos entra cuando explicamos algo a alguien y el otro no lo entiende, por muchas explicaciones que le des, y acabas pensando, "sera inútil el tío", sin pensar que, a lo mejor, eres tú el que no te explicas bien.
¡Qué mal nos sabe perder el tiempo y cuan equivocados estamos al querer ahorrarnos vida!
¿Para qué la guardamos? ¿Para quién?
Mirad el vídeo adjunto que no tiene desperdicio. Para hacer presentaciones también se tiene que tener gusto. Preciosas imágenes, música etérea y un mensaje que es la delicia de cualquiera que abogue por el Slow life.
Muchos, muchos besitos.
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