Tengo un amigo que vaticina el futuro de nuestra sociedad como la civilización de "Los propicios días".
No se si recordáis la película de Stallone, donde se congelaba a un criminal y a un policía de los años noventa y se les revivía en el año 2032. La sociedad había evolucionado hasta el punto que los gobernantes habían prohibido absolutamente cualquier cosa que pudiera dañar al ser humano, prohibiendo el alcohol, el tabaco, la carne roja, los tacos y el acto sexual con contacto físico, entre otras muchas cosas.
No se si recordáis la película de Stallone, donde se congelaba a un criminal y a un policía de los años noventa y se les revivía en el año 2032. La sociedad había evolucionado hasta el punto que los gobernantes habían prohibido absolutamente cualquier cosa que pudiera dañar al ser humano, prohibiendo el alcohol, el tabaco, la carne roja, los tacos y el acto sexual con contacto físico, entre otras muchas cosas.
Este amigo del que os hablo, dice que en Europa han empezado prohibiendo el tabaco y los pastelitos en el colegio, y que ahora continuarán con el alcohol y vete tú a saber qué más.
Dándole vueltas a eso de las prohibiciones, recuerdo que cuando mis padres me prohibían algo tajantemente, usando el "Porque lo digo yo", (que alguna vez lo oí en mi infancia), aún tenía más ganas de hacerlo, pero en cambio, cuando se sentaban y me explicaban porqué no debía hacerlo, era como si el ansia de probar aquello prohibido, se desvaneciera de repente.
Yo no sé si las cosas serán diferentes en otros países, supongo que cada uno tiene lo suyo, pero voy a hacer mía esa frase que ahora empieza a surgir entre la gente de a pie, "Prohibido prohibir", y aunque alguien use esas palabras en contextos muy suyos, debo decir, que la solución a la mayoría de problemas, (hablo de drogas, alcohol, sexo sin protección y todo aquello que la nueva generación se está encontrando), es la educación y la cultura, jamás la prohibición.
Lo que no sé, es porqué siguen insistiendo en las televisiones en emitir programas basura que ensalzan lo bonito que es ser inculto, maleducado, gandul, irrespetuoso... y un largo etc... que no pongo, porque de hacerlo, tendría para más de una entrada.
No veo mucha televisión a no ser que sean series o películas, pero, la verdad, pensaba que la sexta se había salvado de ese tipo de programas, hasta que estuve ojeando (al menos hasta que me vinieron las primeras arcadas), el nuevo programa que sustituye a Mujeres ricas. No voy ni a mencionarlo, pues creo que no vale la pena. Sólo puedo decir una cosa: ¡No me lo creo!
Me niego a creer que haya gente así en el país. A ver... ¡Qué la tiparraca que sale en telebasurafive es un producto realizado por unos guionistas esquizofrénicos, vale! Pero que ahora nos quieran hacer creer que existe en el mundo gente como esas tipejas, que se vanaglorian de no haber leído jamás un libro y que se visten como mamarrachos...
Creo que jamás he sido una snob, ni que uno de mis muchos defectos sea la soberbia, pero, no me lo creo. Lo siento. Puede haber gente sencilla, trabajadora, con un nivel de cultura menor a lo que, (al menos yo creía la media española), pero me niego a creer que la sociedad que debe llevar el país en el futuro, vayan a ser este tipo de personas.
Hablando con mi amigo, dice que lo que me pasa es que he madurado y me he vuelto vieja. Puede ser, aunque tengo fama de liberal y mente abierta en mi familia, pero... Si bien puedo adaptarme a muchas cosas, no tolero que, para que una cadena gane el dinero que esas pobres muchachas jamás tendrán, (que aún dudo que no sean actrices), se llene a la juventud de hoy en día, con ideas como que la incultura, la mala educación y el poco respeto, (empezando por uno mismo), esta de moda y es lo que hay.
No quiero un mundo de propicios días, quiero un mundo culto, educado, que sepa que quiere y que no le tenga miedo al futuro. Que pueda discernir entre lo bueno y lo malo porque sus gobernantes les hayan dado los medios, no porque les hayan prohibido las cosas. Quiero un mundo de personas que quieran mejorar lo que les rodea y que quieran salir de ese modo de vida que les convierte en ciudadanos de tercera que no importan a nadie, ni siquiera a los que dependen de sus votos para seguir en el poder.
Mi amigo, que es muy listo, también dice que, es esa gente la que le viene bien a los poderosos. Personas que viven sin preguntarse qué quieren conseguir, y qué debe y puede hacer su gobierno para mejorar sus vidas.
Dicen que yo soy de la generación que lo ha tenido todo. A lo mejor, es por ello que quiero más y que no me contento con las minucias del "Panem et circenses" que nos dan.
Y si bien defiendo el Slow Life por encima de todo, me niego a vivir en un mundo lleno de tontolabas que a lo único que aspiran es a hacerse las uñas, ponerse mechas, fumarse unos canutos y cotillear con sus amigas, mientras escuchan a camela, (y que conste que no tengo nada contra ese grupo de música que a alguien debe gustar), ponen a parir a sus vecinas, y animan a la burroesteban a ser como es, mientras ella se compra un chalet mostrando las barbaridades que sabe decir.
Defiendo ante todo la libertad de expresión y esta claro que la solución no es prohibir. Pero por favor, pido un poco de slow life también en la televisión que llega a nuestros jóvenes. Porque sin duda, el Slow Life es tomarse las cosas con calma, pero también es buscar la CALIDAD en todo aquello que nos rodea.
Slow Life y respiremos profundamente. Besitos.
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