Dicen los escépticos, que la vida es una gran mentira. Que nos engañamos a nosotros mismos mientras vivimos lo que los demás quieren que vivamos, y que al estar dominados por la sociedad, te has de dejar llevar y seguir los cauces que esta te impone, para vivir como los demás.
Siempre he querido creer que soy una persona bastante tolerante, aunque si hay algo que me saca de quicio, es la mentira. No soporto a los mentirosos o a los que se creen tan inteligentes que piensan que pueden engañarte, si bien a lo largo de la vida, he tenido que convivir, trabajar, estudiar y escuchar a cientos de ellos.
No me gusta la mentira, y ya sabéis que, se coge antes a un mentiroso que a un cojo, aunque hay verdaderos artistas de este mal llamado arte que jamás serán descubiertos.
Si hay algo que la vida me haya enseñado, como decía antes, es a ser tolerante y por ello, entre todos los tipos de mentira, podría llegar a comprender las patrañas, los cuentos, los enredos, las pequeñas trolas o los embustes, por lo fabuloso que es ver como alguien agudiza su ingenio para adornar una historia con hechos que jamás han ocurrido, para que la verdad no sea tan dura. Pero lo que no aguanto es la mendacidad o el habito de mentir, pues creo que nada bueno puedes esperar de una persona que tiene una vida tan vacía que debe inventarse hechos que no ocurren o tergiversar situaciones por las que pasa para que no te ofendas.
Existe una palabra relacionada con este tema que ya casi no se usa, aunque nuestra vida diaria esta llena de Paparruchas o noticias falsas y desatinadas de los sucesos que ocurren en el mundo y que se divulgan a través del vulgo, (si, esta es otra de las palabras que ya tampoco se usan, significa, para los que no lo sepan, la masa, el gentío, el populacho que sólo conoce de los hechos, la parte superficial).
También existen las versiones mas dolorosas de la mentira que sería las calumnias, falacias o lo que normalmente se llama "Bola", que son las que causan daño y desacreditación a otros seres.
Qué la televisión está llena de paparruchas y calumnias esto está claro, que a veces, incluso los buenos amigos nos cuentan mentiras piadosas, también. Los expertos,(esos que me gustan tanto), dicen que nadie aguantaría ni un sólo día si todo el mundo dijera solamente la verdad, pura y dura, pero, si queréis mi opinión, creo que sería bonito que la gente a la que queremos y que nos quieren, no tuviera que engañarnos, pues a los únicos que engañan, es a ellos mismos.
Por otro lado, hay un tipo de gente que no aguanta la mentira, con la que tampoco me identifico, que es aquella que te lo dice todo a la cara, te guste o no te guste, te haga daño o no, pues creo que la vida ya es demasiado difícil, como para que además la gente te diga lo que piensa sin tener en cuenta el daño que pueda hacerte.
No soy partidaria de la mentira, pero si de saber decir las cosas, con las palabras justas, el tono adecuado, el cariño imprescindible y en el mejor momento posible, pues creo que es inhumano, decir según qué verdades sin pararnos a pensar que reacción podemos provocar en nuestro interlocutor.
Simplemente y supongo que ha quedado claro, no aguanto a los mentirosos pues si se pierde la confianza en alguien, es muy difícil recuperarla.
Odio la mentira pues es de aquellas cosas que me hacen dejar de creer un poco más en la humanidad.
Por ello, espero que sigáis intentando encontrar vuestra propia manera de vivir el Slow Life, porque con vida tranquila y de calidad, nadie necesita la mentira.
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