Nunca dejará de sorprenderme la mente humana. La verdad es que espero que nunca deje de hacerlo porque es muy divertido, al menos para mí, sorprenderme de algo que se usa a diario.
Creo que hay muy pocas cosas que puedan llegar a sorprenderme , pero una de ellas es nuestra mente, que puede pasar del estado más alegre al más depresivo en un santiamén por una simple frase, o una simple mirada desaprobatoria.
Dicen los hombres a los que he preguntado, que a ellos esto no les pasa, (ahora podría hacer un chiste fácil, pero esta vez, voy a ser buena), que son sencillos y que como se dicen las cosas a la cara, esto de las frases malintencionadas o las malas miradas no lo sufren.
Bueno... Voy a creerles, aunque, la verdad, tengo mis dudas. No creo que en el mundo de los hombres, todo sea tan limpio y fácil.
Hablaba sobre los cambios de humor, que según los expertos, es algo casi en exclusiva de la mujer y es curioso como es verdad, que a veces, crees estar fantástica, y algo o "alguien" te hace ver que no es así.
No sé si a vosotras os ha pasado alguna vez el pensar que estáis fantásticas y que cuando os miráis a un espejo decís: - ¡Oh, Dios! ¿He salido así de casa?
A mí, sí. La verdad es que me ha ocurrido en numerosas veces. Lo diferente de las distintas épocas en las que me ha pasado, es que hace quince años, me avergonzaba y mirando al suelo, volvía a casa corriendo para arreglar el desaguisado. Ahora, me miro y me digo: ¿Tú eres tonta? ¿Cómo sales así a la calle?, (que conste que esto sólo me lo puedo decir yo, si me lo dice otra persona, le parto la cara), hago de tripas corazón y sigo en mi día a día hasta que vuelvo a casa y tiro la prenda que ha provocado la crisis.
De todas, todas, el desaguisado se arregla y no pasa nada por no estar exactamente como tu creías, por mucho que la imbécil de turno te siga mirando como diciéndote:
De todas, todas, el desaguisado se arregla y no pasa nada por no estar exactamente como tu creías, por mucho que la imbécil de turno te siga mirando como diciéndote:
- Joder, ojea alguna revista de moda por favor, los ochenta hace mucho que pasaron.
Extrapolando lo del mazazo de que alguien te diga que no es el conjunto adecuado para el lugar en el que te encuentras, (por ejemplo), al trabajo, he de decir que a veces, es difícil recibir negativas de algo que creías que estaba bien hecho, pero sobretodo, es muy difícil que te digan que el trabajo es bueno, pero que no es el lugar adecuado para su entrega.
No sé si me explico bien, A veces, es difícil empezar nuevos proyectos, porque vas perdida por un mundo nuevo que no conoces. Supongo que todo lo nuevo asusta y que lo más difícil es reconocer que eres una ignorante del tema, (esta parte ya la tengo yo superada), pero no deja de fastidiar, que cuando te llega alguna negativa por tu trabajo, tu mente automáticamente te diga:
- ¡No vales tía! ¿En que estabas pensando?
Eso es lo que me sorprende de la mente, o al menos de las mentes que yo conozco, que sé que no soy a la única que le pasa, que cuando recibe una negativa, se queda sólo con la negativa, sin leer el resto del mensaje.
¿Sabéis que es lo que nos pasa en ese momento? El otro día lo descubrí.
- Que estamos tan cerca del puzle que no vemos la imagen correctamente.
Y resulta que cuando te separas un poco y lees el resto, ves que aún en lo malo de recibir una negativa, existe un resquicio de esperanza y a veces, incluso hay gente que intenta guiarte por los cauces correctos, cosa que agradezco muchísimo pues en estos tiempos que corren, es muy difícil encontrar a alguien que te dedique unas frases alentadoras que te hacen pensar, (cuando al final consigues leerlas), que no todo es tan malo.
Los creyentes dirían que:
- Cuando Dios cierra una puerta, abre una ventana.
Los romanos, nos contarían la historia de Pandora. Lo de la caja con los tormentos terrenales y la esperanza que quedó dentro.
Y yo, yo diría:
- Sigue caminando. No vas tan errada. Puede que existan piedras en el camino, pero lo que vale la pena, cuesta conseguir. Sigue creyendo en tu proyecto, sólo has de llamar a la puerta adecuada, y al final, darás con ella.
Así que Slow Life, y fuerza y tesón en todos vuestros proyectos.
Por cierto. La imagen que presenta la entrada de hoy es Pandora. Una obra de 1896 del gran John William Waterhouse.
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