¡¡Quiero ser sumisa!! ¡¡Juas!! Y voy yo, y me lo creo...
Dicen que el mundo está cada vez más enloquecido. Qué estamos perdiendo el norte, qué cada uno va por su lado sin pensar en los demás, qué nos importa bien poco lo que le pase a nuestro vecino siempre y cuando no nos salpique... etc...etc...
Dicen que el mundo está cada vez más enloquecido. Qué estamos perdiendo el norte, qué cada uno va por su lado sin pensar en los demás, qué nos importa bien poco lo que le pase a nuestro vecino siempre y cuando no nos salpique... etc...etc...
Pero es curioso como las noticias que se refieren a la sumisión de la mujer al hombre, solo toman importancia, cuando estas ocurren en algún lugar remoto y sobre todo cuando ocurren dentro del marco de una de aquellas religiones tan odiosas como son las que denigran a la mujer diciendo que vale menos que el hombre. Me da la sensación, que a la violencia machista, como suelen llamarla, ya nos hemos acostumbrado, sólo porque sale por televisión.
Resulta que el otro día estaba leyendo unos artículos y de pronto, una de las noticias me sorprendió, no por ser una barbaridad lo que estaba leyendo, (que también), si no más bien porque me parecía un artículo sacado del tercer mundo, de una época arcaica o incluso de una secta religiosa ultra conservadora.
La noticia rezaba así:
"Unas 800 mujeres musulmanas de Malasia han creado el Club de las Esposas Obedientes, cuyo objetivo es enseñar a las mujeres a ser sumisas y obedientes y proporcionar felicidad a sus maridos, fundamentalmente en el dormitorio".
Hablaban también de sus fundadores, un hombre musulmán de ochenta años, si, si, lo han leído bien, ochenta años, de esos que ya ni se aguantan los pedos, y dos mujeres. Lo más grave es lo de esas dos mujeres, pues alguien podría pensar que también eran ancianas que habían perdido la cabeza o mujeres incultas, pero, Maznah Taufik, tiene 48 años y varios hijos y cree firmemente que la desobediencia y discolidad femenina es la causa de que cada 15 minutos haya un divorcio en Malasia y que la mujeres se han de educar en la obediencia total al marido. Y Rohaya Mohamed, otras de las fundadoras, tiene 40 años, es licenciada en medicina (¿?¿?), y entre alguna de sus lindezas escupidas por su boca hay alguna como esta: "¿Qué hay de malo de ser una prostituta para tu marido? Lo más interesante es que luego, te explica el porqué de esta frase, y lo alude a que como el sexo es un tabú en Malasia, las mujeres malayas no saben complacer a los hombres en la cama y que por eso, ellos las pegan, las vejan y acaban yéndose con prostitutas, terminando al final en divorcio.
... ... ... ... ... ... ... Esto significa que por unos minutos, me he quedado sin palabras.
Bueno..., Pues esta tiparraca, pide que las mujeres sean educadas en el sexo para complacer a los maridos y que así ellos no les peguen... Hmmmmm!!!! A lo mejor lo que necesitan esos hombres es querer a sus mujeres, respetarlas como seres humanos y tratarlas de igual a igual. A lo mejor lo que necesitan estas mujeres es que alguien les diga que son iguales a los hombres y que nadie, nadie, puede ponerles una mano encima sin su permiso. A lo mejor lo que necesitan son unas clases de defensa personal y algo más de cultura para saber que en derechos están, o deberían estar a la par con el hombre.
El movimiento se llama en inglés OWC, aunque yo le llamaría: ¡¡OH, W.C!! porque realmente apesta a cloaca. Apesta a un grupo de incultos e incultas retrógradas que por suerte son sólo ochocientas de entre millones que forman la sociedad malaya, que conforma una de las sociedades islámicas más abiertas y modernas dentro de esta religión.
Yo no soy musulmana, ni lo seré jamás, hay gente que ni siquiera me consideraría católica, (que es la religión con la que me he criado), porque defiendo que hombre y mujer son iguales frente a los ojos de Dios y que nadie tiene la capacidad de mandar al otro, tan sólo por tener algo colgando entre las piernas. Aunque sobre este tema no voy a hablar porque sé que puedo ofender a gente que me quiere y no deseo hacerlo.
Pero... lo más denigrante es que usen y se escuden en una religión, (que seguro tiene muchas formas de leer y entender su libro sagrado), un grupo de sonados que se creen con derecho a poseer el cuerpo y la mente de una mujer y un grupo de sonadas que lo único que saben hacer con su vida, es dedicarlas a un tío que jamás las va a respetar y a amar.
¡¡Despertad ya mujeres del mundo!! Hemos estado miles de años bajo la sumisión del macho. No desperdiciemos la oportunidad que nos brinda la vida de llenar nuestras cabezas de cultura, arte, conocimientos, inteligencia. De libertad de aprender, de libertad de decidir quien queremos ser y a que queremos dedicarnos. No os creáis que el único papel de la mujer es la esposa sumisa, la madre abnegada, la mujer atada a la pata de la cama, sin voz ni voto. No dejéis que se pisen vuestros derechos, vuestros sueños, vuestros pensamientos que son igual de validos que los de un hombre.
¡¡Despertad ya hombres del mundo!! Ya no vivís en cavernas. Las mujeres no os pertenecen, si no que os complementan. La pareja significa dúo, no uno solo. Ni sois lo suficientemente buenos para ordenarnos, ni lo suficientemente fuertes para doblegar nuestros espíritus.
Todos hemos de aprender que no hay un macho y una fémina. Si no que los dos somos seres humanos.
Somos iguales, ante Dios, ante la sociedad, ante la política, ante la ley y sobretodo ante la muerte. Uno no es mejor que el otro.
Y aunque no venga mucho al caso, terminaré esta entrada de hoy dirigiéndome a todos aquellos maltratadores que se creen con derecho a todo, simplemente por ser hombres:
Sois tan sólo unos cobardes que no osáis enfrentaros a alguien de vuestro tamaño. Unos mendigos sociales que ni tan solo os merecéis el aire que respiráis. Unas garrapatas a quien nadie quiere porque no os merecéis ni siquiera el cariño que pudo transmitiros vuestra madre, aunque dudo que la conocierais, y os aseguro, que sea de un modo u otro, encontrareis vuestro castigo, allí donde os lleve la vida.
¡¡Slow life!! ¡¡Por el derecho a la libertad de elección!!
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