Sé que puede parecer una tontería, pero es así. La mayoría de personas a quien he preguntado que don mágico les gustaría tener, me han contestado, poder adivinar el futuro.
Y aunque he de confesar, que yo me conformo con poder ser invisible a mi voluntad, el otro día, me di cuenta de que también me gusta saber las cosas antes que los demás. Supongo que es una satisfacción personal, aunque realmente no puedo dar una explicación coherente al porqué de la breve felicidad, cuando sabes la respuesta a algo que nadie más sabe.
Y aunque he de confesar, que yo me conformo con poder ser invisible a mi voluntad, el otro día, me di cuenta de que también me gusta saber las cosas antes que los demás. Supongo que es una satisfacción personal, aunque realmente no puedo dar una explicación coherente al porqué de la breve felicidad, cuando sabes la respuesta a algo que nadie más sabe.
Me di cuenta de este hecho durante un programa de televisión que estaba viendo mientras merendaba. Hasta hace poco, yo nunca merendaba, ahora lo hago a causa de la nueva dieta que estoy siguiendo... ¿Os acordáis que estoy a dieta? La verdad es que no lo parece pues pensaba que como veces anteriores mi humor se iba a agriar y parece ser que por ahora no es así, claro que sólo llevo tres días.
A lo que iba. Estaba viendo ese programa de preguntas y respuestas donde los concursantes se jugaban cuarenta mil euros a esta pregunta: ¿Quien llegó antes a la luna, Tintín o Neil Armstrong?
Los concursantes empezaron a dudar entre ellos, diciendo que el hombre jamás había pisado la luna o que era Tintín porque Hergé hubiera pintado el cohete muy diferente de haber visto el alunizaje...etc...etc... En mi sana curiosidad, fui a mirarlo a Internet y aunque suene estúpido me alegré de saber la respuesta antes de que ellos decidieran, pues ahora ya sabiendo que Tintín llegó en 1954 en el cómic, "On a Marché sur la lune", cuando el viaje de Neil, fue transmitido en el 1969, veía sus dudas como algo lejano a mi. Como si yo supiera más que ellos, aunque esta sensación, duró sólo cuarenta segundos, que fue el tiempo que tuvieron para contestar. Por cierto, respondieron correctamente.
Esto de ser adivino debe tener sus ventajas y sus desventajas. Porque ver el futuro tal como será (sin poder hacer nada para cambiarlo), debe ser una gran putada. Aunque...ahora que lo pienso, yo creo que si que existen adivinos en nuestra sociedad y por supuesto, no me refiero a los ladrones y estafadores que salen cada noche por televisión, adivinando el futuro a través de las cartas o por inspiración divina, (de veras que no se como pueden permitir esos programas y luego prohibir a los trileros), al menos ellos tienen ingenio, porque se ha de tenerlo para engañar a alguien que tienes delante.
Bueno, si es que me voy por las ramas... Hablaba sobre las ventajas de ser adivino. Supongo que una de ellas debe ser poder ayudar a los demás, otra que debes sentirte satisfecho y supongo que deben haber muchas más, aunque tiene dos desventajas que yo encuentro altamente fastidiosas. Una que te tomen por loco y la otra que la gente no te haga caso.
¡¡Upsss!! Ahora que lo pienso. Los adivinos si existen. O a caso no os suenan estas frases:
¡Llévate una chaqueta que después refrescará!
¡Come algo, que si no tendrás hambre a media tarde!
¡No cambies tu colección de Barbies por el circo de los clicks que te arrepentirás!
¡Ese chico no me gusta para ti, ves con cuidado que creo que no te tratará bien!
Y así un largo etc.. de consejos maternales a los que normalmente jamás hacemos caso porque nos parecen un poco locas, por lo cual, cuando tienes frío en cuanto oscurece, hambre a media tarde, ves lo mierda que son los clicks y lo mal que te trata ese chico en cuestión, sólo te queda decir esa socorrida frase que seguro que en más de una ocasión todos hemos dicho: ¡Cuánta razón tenía mamá!
Pero así es el ser humano, nunca hacemos caso a los adivinos que tenemos al lado.
Y... ¿Sabéis cuál creo que es el secreto de un adivino de verdad? Haber pasado antes que tú por esa misma situación. Pero, claro, yo me pregunto... Si mi madre hubiera hecho caso a su madre cuando esta le dijo coge una chaqueta que refrescará... ¿Hubiera aprendido la lección? ¿Me hubiera podido hacer esa recomendación a mi? O realmente... ¿Pudo hacerme esa recomendación porque hizo caso a su madre cuando esta le vaticinó que si no cogía la chaqueta tendría frío?
No sé si os habéis perdido un poco en mis divagaciones, yo he estado a punto de hacerlo. Ya os he comentado en alguna ocasión que mis pensamientos van por libre y ni siquiera yo misma, a veces, logro alcanzarlos.
Me pregunto tan sólo una cuestión que me lleva a otras preguntas: ¿Qué ocurriría en el mundo si tan sólo uno de nosotros hiciera caso a las enseñanzas de sus padres sin rechistar y sin desear pasar por esa situación de la que intentan protegernos? ¿Acaso seríamos más inteligentes? ¿Acaso perderíamos esa curiosidad innata que posee todo ser humano? ¿Acaso volveríamos a evolucionar?
Bien... No quisiera alargarme demasiado, así que, como supongo que esta última pregunta puede abrir un bonito debate sobre la evolución humana, quisiera deciros que voy a ahondar más en este tema en próximas entradas, pues mi teoría es que ahora mismo, el ser humano a pulsado el botón de "PAUSA" de su propia evolución.
Slow life.
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