Es curioso, como a veces gracias al zapping, nos enteramos de las cosas que ocurren en programas que normalmente no ves.
Existe un programa en una cadena local de Barcelona que de vez en cuando zapeo sus reposiciones porque me gusta como habla el presentador, ya que tiene un punto ácido y de crítica aunque, todo y gustándome, he de decir que a veces creo que el programa no existiría si no hubieran programas o personas que criticar. Él, en vez de opinar sobre los desechos de la humanidad, opina sobre gente que en teoría tiene un nivel cultural alto, una carrera o una profesión de renombre y bajan a la altura de esos seres rocambolescos que la televisión quiere hacernos creer que existen realmente.
Existe un programa en una cadena local de Barcelona que de vez en cuando zapeo sus reposiciones porque me gusta como habla el presentador, ya que tiene un punto ácido y de crítica aunque, todo y gustándome, he de decir que a veces creo que el programa no existiría si no hubieran programas o personas que criticar. Él, en vez de opinar sobre los desechos de la humanidad, opina sobre gente que en teoría tiene un nivel cultural alto, una carrera o una profesión de renombre y bajan a la altura de esos seres rocambolescos que la televisión quiere hacernos creer que existen realmente.
La misma palabra "crítica" suena mal, pero si miramos el lado bueno de la misma y aunque no creo en las críticas constructivas, creo que, una opinión en contra de algo que haces, (que básicamente es lo que significa esa palabra), puede ser buena si sabes por donde cogerla, descartando lo malo y destructivo.
En ese programa, vi el otro día como entrevistaban a una escritora de hoy. La verdad es que el presentador le preguntaba porqué habiendo criticado los programas del corazón, ella había aparecido en algún que otro de ellos, para polemizar un debate sobre un tema en particular. Me sorprendió su respuesta, pues comentó que ella fue a ese programa, pero no volvió al ver el percal, pues tenía que ser consecuente con sus palabras, aunque ni siquiera recordaba su actuación en esos programas, (cosa en que la entiendo, porque yo misma hubiera olvidado algo así).
Antes de ponerle esas imágenes ella ya había comentado que no sabía lo que el futuro le depararía y que no sabía cuanto tiempo podría vivir de la escritura, respetando a aquellos escritores que sólo quieren vivir de ese arte, (cosa que le agradezco por la parte que me toca), y de alguna manera decía, sin decirlo, que no se podía cerrar puertas.
La verdad, es que a veces te haces una imagen de la gente, que al final no corresponde con lo que son o lo que quieren mostrar. Yo, en mi humilde opinión siempre había creído que esta muchacha era de armas tomar y creí que iba enfrentarse al presentador.
Realmente, si algún día publico mis libros o tengo la suerte que alguna editorial me hace un contrato, no se que voy a hacer si esta me obliga a ir a aquellos programas que tanto odio para publicitar mis novelas, (aunque esta misma muchacha decía que puedes negarte a ir a según que programas), pero es verdad que la gente te ha de ver, la gente te ha de conocer, pues si no, nadie compra tus libros.
Pensándolo bien, recuerdo alguna empresa para la que he trabajado, en la que alguna vez tuve que servir café a mis clientes bajando mi estatus de comercial a simple camarera. Claro que me fastidió, pero lo hice, porque aunque mi contrato no lo decía, se suponía que era mi misión tener al cliente contento.
Supongo que cuando el arte de escribir se convierte en un trabajo, tiene su parte mala, como es ir a lugares que no quieres ir, aunque sabes que has de hacerlo para dar a conocer tu trabajo.
Ahora recuerdo un caso de hace mucho tiempo.... A mi, que me gustan los perros más que a un niño una piruleta, y conocí una vez a una persona que tenía una tienda de cachorros y artículos para mascotas y le pregunté si amaba tanto a esos bichos como yo, sorprendiéndome con su respuesta:
- Si, a mi también me gustaban los perros hasta que empecé a trabajar con ellos.
Supongo que la sola palabra trabajo, ya desmitifica en algo una pasión, pues dicen que cuando trabajas en algo que te gusta ya no es un trabajo.
Señora escritora, usted no sabe si vivirá siempre de la escritura, supongo que habiendo publicado todo lo que ha publicado y con la experiencia que le han dado los años en este mundo, debe saber de lo que habla. Pero yo, en mi ingenuidad, en mis sueños oníricos, (me gusta esta palabra), en mis fantasías de aquella que jamás ha pisado una editorial y que no sabe a que se enfrenta, he de decirle que lo que para usted es un interrogante, para mi es una meta.
Dedicarme a escribir únicamente es lo que más anhelo.
Pero la entiendo cuando va a según que programas de televisión. Lo único en lo que no estoy de acuerdo es en la respuesta dada al presentador, no debería haber dejado que la machacara de esa manera. Yo, en su lugar, le hubiera contestado:
- Claro que fui y me pagaron muy bien por el rato en el que estuve. ¿Y que? ¿Es que se cree que un escritor puede vivir únicamente de la literatura?
Que es lo que creo que realmente pensaba, aunque jamás osaría ponerme en la mente de los demás.
Supongo que esa es la diferencia entre la gente que triunfa y yo, que me pierde mi boca y que creo que pocos amigos tendré si algún día mis libros llegan a ver la luz.
Dicen que en esta vida aprendes a palos, pero mire usted que me he llevado cientos de ellos y no hay manera de que cierre mi gran bocaza. No sé porqué razón siempre he preferido ser libre y decir lo que pienso aunque por ello la "sociedad" puede que me repudie, que ser una esclava de los que me rodean y del que dirán.
Slow life y muchos besitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario