Hoy hace mucho frío... Y cuando hace tanto frío, no puedo pensar con claridad, así que creo que la entrada de hoy no va a ser muy divertida.Odio el invierno y no me gusta la desazón que entra cuando tienes que ir tapada con un gordo jersey, el abrigo, los guantes y la bufanda, que hace que no tengas libertad de movimiento.
Tengo una teoría, que es, que cuanto más frío es un país, menos abierta y simpática es su gente. Es una teoría, que por suerte, tiene sus excepciones, aunque no me negaréis que los días fríos son insoportables. Cielos claros pero con vientos helados, ventanas frías aunque el sol esté asomado a ellas. Gélido aire invernal que hace que lo único que quieras hacer es volverte a la cama y no salir hasta la primavera.
Dicen que cuando no sabes de que hablar, lo más socorrido es hablar del tiempo. He estado a punto de caer en la tentación y seguir con una disertación sobre este maldito frío que nos acompaña, pero no, hoy me gustaría seguir hablando de la futura publicación de mi libro.
Puede que sea una ilusa al pensar que algún día veré mi novela publicada, y a pesar de que hay mucha gente que está leyendo este blog, y que tengo algunas visitas de países que no me esperaba, sigo creyendo que algún día lo conseguiré si consigo sacar mi obra del nido calentito en el que se encuentra, para que otros puedan decidir si sirvo para este trabajo.
Puede que sea una ilusa al pensar que algún día veré mi novela publicada, y a pesar de que hay mucha gente que está leyendo este blog, y que tengo algunas visitas de países que no me esperaba, sigo creyendo que algún día lo conseguiré si consigo sacar mi obra del nido calentito en el que se encuentra, para que otros puedan decidir si sirvo para este trabajo.
Cambiando un poco de tema... me gustaría contaros que a mí me gusta escribir sobre personajes con personalidades complejas, pero sigo preguntándome si se puede escribir sobre sus almas. Y pensando mucho, mucho, he llegado a la conclusión que sí, pues entre la personalidad y el alma de cada individuo, sólo existe la diferencia que la personalidad es voluble, pero el alma es, y será siempre parte de nuestro ser, esa parte que jamás podremos cambiar y que hace que nuestro camino vaya por unos u otros derroteros.
Si pudiéramos controlar nuestra alma, podríamos cambiar muchas cosas que no nos gustan, pero nadie puede hacerlo. Esta, tiene vida propia, crece y se transforma con las experiencias con la que la alimentamos.
Eso es lo que nos hace únicos y diferentes a los demás. Porque por suerte, somos diferentes entre nosotros.
Eso es lo que nos hace únicos y diferentes a los demás. Porque por suerte, somos diferentes entre nosotros.
Slow life mis futuros lectores. Nos vemos mañana, espero que sin tanto frío.
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