Los que seguís este blog sabréis que no soy una adicta a la televisión, y que las ocasiones en que miro la caja tonta, es tan solo para entretenerme con series extranjeras que son divertidas y que te permiten echar unas risas sin tener que pensar mucho.
Normalmente cuando las cadenas españolas apuestan por crear series de cosecha propia, está dentro de mi rasero, mirar, (siempre y cuando encuentre interesante el tema), el primer capítulo para darle una oportunidad.
Así fue como, cuando anunciaron “Águila roja”, me dispuse a verla, pues las series “históricas” me atraen por ver el modo de vida de tiempos pasados. No lo recuerdo bien, pero creo que duré delante de la pantalla diez minutos escasos, pues fue que el niño abriera la boca para decir algo así como: ¿Qué tal papá?, que dije que esa serie no tenía un buen asesor histórico.
Supongo que quisieron hacer una serie histórica adaptada a los nuevos tiempos, pero a mí no me gustó, pues los diálogos los hicieron con un lenguaje tan moderno, que era ver a gente de hoy día, disfrazados como épocas anteriores, una farsa que no me transmitía nada.
Por ello, cuando Antena 3 anunció a bombo y platillo la serie de Toledo, me dije que iba a darle la misma oportunidad que a la anterior, aunque no tenía muchas esperanzas sobre ella, y por ello quise recordar esa parte de la historia de España y repasé algunos libros, (sí, aún existen los libros de historia, no todo está en la wikipedia), para ver si lo habían hecho bien.
Cuál fue mi sorpresa que los diálogos estaban magníficamente adaptados a la serie. Un lenguaje correcto, rico en palabras que hoy en día, lamentablemente ya no se usan. Grandes actores que me transmitieron las vivencias y los sentimientos de sus personajes, una cuidada escenografía, un vestuario maravilloso... Todo en ella me hizo que me enganchara a esa serie, aunque, tras varios días creo, (y digo creo pues no soy una conocedora experta de la historia de España), que he podido ver algún que otro error, sobre todo en las personalidades de las mujeres de la época, pero que son nimiedades viendo el conjunto entero de la serie.
Pero en el mundo de la televisión, [y eso que no soy muy ducha, (para los que no lo sepan ducha significa experta), en ello] no vale que la gente hable bien de una serie o programa, lo único que mira la cadena es el share, que significa el porcentaje de televidentes que vieron la serie.
Viendo el gran éxito de “Águila roja”, con un share entre el 22% / 30% me dije que si una serie con unos diálogos tan penosos como esos, (que no lo digo por el contenido, si no porque usan un lenguaje moderno en una época que no se hablaba de esa forma), había tenido tanta audiencia; Toledo, que es, (y permitidme que me repita), una buena serie, con unos magníficos diálogos, y con unos actores como Eduard Farelo; que consiguió, (y no me avergüenzo de ello), hacerme acongojar cuando ha de matar a su amigo. Fernando Cayo, o Rubén Ochandiano; que han conseguido hacer que odie a sus personajes. O Alex Angulo; quien me parece verdaderamente entrañable, pensé, tonta de mí, creyendo que España es un país con ciudadanos que aman la cultura, que esta serie rompería todos los shares posibles.
Pero yo no sé a que es debido, aunque me niego a creer que la mayoría de españoles no disfrute viendo una parte de su propia historia tan bien representada, con un gusto exquisito para con el vestuario, con unos escenarios tan acertados que parece que nos hayamos trasladado verdaderamente al siglo XIII, para preferir la basura de un programa donde nos ofrecen más de lo mismo; enfrentamientos entre dos actores mientras se vapulean con críticas irrespetuosas, haciendo que la pobre gente que intenta mostrar al mundo que vale como artista, se conviertan en meros payasos de la televisión.
¿De veras puede ser que la serie Toledo se quedara con un 13’3% de share este anterior martes, frente al 15’3% que tuvo el programa del que hablo, pero del que me niego a decir el nombre pues me da vergüenza ajena?
¿Tan mal está nuestro país que necesitamos ver como dos gilipollas se tiran los trastos a la cabeza en vez de un poco de cultura? ¿En que estamos pensando? ¿En qué se está convirtiendo nuestra sociedad?
Yo tampoco digo que no nos podamos divertir, ver programas que no nos hagan pensar, pues ya tenemos todos demasiadas preocupaciones encima como para tener que ver solo documentales de la 2. Pero de eso, a ver programas basura como esos, frente a buenas series de televisión, donde (y puede que me equivoque, pues es solo mi opinión), grandes actores hacen grandes papeles... La verdad es que sigo sin entenderlo y... ¿Queréis que os diga una cosa?
Creo que a estas alturas, ya no quiero entenderlo. Porque si me pongo a pensar, y miro las estadísticas de la televisión, ganan por goleada las series como Aida, los programas como Gran hermano, o la telebasura que dan a media tarde y que envenena nuestros pensamientos, haciendo creer a los jóvenes que la única manera de ganar dinero en esta vida y conseguir ser famoso, es vendiendo tus miserias en la televisión, degradándote por unos billetes y consiguiendo las cosas de una manera fácil.
Dejad que sea ilusa una vez más. Quiero creer que hay una gran parte de la sociedad española que es culta, inteligente. Que asiste a conciertos, que lee libros, que se apasiona con una buena serie de televisión, a pesar de que la fastidien con los anuncios cortando donde a ellos les da la gana sin respetar ni siquiera los diálogos. Quiero creer que esa sociedad del 15’3% de share no representa a la mayoría de los ciudadanos de nuestro país.
Sí, me gusta creer en las Utopías, ese es mi mayor defecto.
Slow Life, y un precioso y feliz fin de semana, que todos nos lo hemos merecido.
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