viernes, 25 de marzo de 2011

Millonario por lotería


No me ha tocado la lotería pero hoy, hablaré de millonarios.

¿Os parece algo snob si digo que he nacido para millonaria?

¡No! ¡De veras! Sé que lo es, pero no creáis que hay tanta gente que sabe vivir con dinero.

Supongo que todos deseamos más. Vivir mejor, poder tener más caprichos, incluso algunos, dejar de trabajar. La mayoría de personas, piensan: Ayyy, si me tocara la lotería... pero... No os confundáis, ser rico no ha de ser nada fácil.

Puede que os de la risa, pero es así. A la gran mayoría de la sociedad, que les tocara la lotería sería una putada. Seguro que al menos un setenta por ciento, pierden a sus amigos o parejas actuales, por no decir lazos familiares de toda la vida y un veinticinco por ciento, dilapidarían la fortuna en menos de dos años, cosa que les convertiría en seres infelices de por vida.

No señores, no. Ha de ser verdaderamente difícil ser millonario, aunque creo que a mí, no me costaría nada, pues creo que pertenecería a ese cinco por ciento que sabría vivir comedidamente del dinero.

¿Sabéis la diferencia? Que hay personas que le dan una importancia desmesurable a ese vil papel o moneda que tanto nos ata a una sociedad de consumo. En cambio, creo que toda mi vida me ha unido al dinero una relación de recíproca amistad, él en su sitio y yo en el mío, aunque normalmente, esos dos lugares no han coincidido tanto como hubiera deseado.

¿Sabéis que al menos en USA, se organizan reuniones para nuevos millonarios que unen a los ganadores de lotería con asesores y comerciales para ricos? ¡Dios! ¡Qué manera más insultante de gastar un premio!

Yo sé que jamás seré ganadora de la lotería, básicamente porque no juego, aunque dicen que eso ya me convierte, de alguna manera en ganadora. Pero sé, que no me sería nada difícil vivir con dinero, pues lo primero, negaría que me hubiera tocado y menos saldría como un tonto en la televisión chocando una copa de cava y celebrando con el lotero mi buena suerte.

No os riáis, no todo el mundo podría hacerlo. Ser rico y no parecerlo, ha de ser un arte.

¿Sabéis que existe gente que se pone nerviosa cuando tienen un camarero atendiéndoles el más mínimo detalle que necesitan? Os dejo que me llaméis snob, (como toda palabra, suena como tu quieras que suene, y a mi me suena bien), pero a mi, me encanta que me sirvan bien, cuando estoy pagando un justo precio por ello.

Hace un tiempo, discutí con uno de mis hermanos, porque en un restaurante de playa, donde el menú no era nada barato, (unos 40 € por persona), me ofendí, pues habían dos camareros para una terraza de más de treinta personas, se equivocaron varias veces en el pedido, no nos trajeron algún que otro plato, aunque luego intentaron cobrarlo, y tardamos en cenar cuatro horas, y no porque tuviéramos una buena conversación, (que también), si no porque la camarera que nos tocó, además, era bastante lenta. Mi hermano me llamó snob y me dijo que si sería tan exigente si fuera a un McDonals. ¡Por favor! ¿En un menú de 40 € por persona no puedes exigir un servicio "correcto"?

¿Tan difícil es querer que si pagas por un servicio, te traten mínimamente bien?
 Yo creo que no, y si eso es ser snob, sí, me acuso de serlo.

Siguiendo con la conversación sobre el dinero, me gustaría comentaros que no me emociono cuando veo a gente rica de verdad, o que al menos eso aparentan. Lo comprobé en el cumpleaños de una amiga cuando me invitaron a Saint Tropez, cuna de los nuevos ricos, (y no tan nuevos).

Pensé que alucinaría con todo lo que allí vería, pero no.

La verdad, es que no puedo negar que me gustó ser tratada bien, y me sentí super a gusto cuando al coger un taxi marítimo, (un yate que te lleva allí donde tu quieras), un desconocido se puso a hacer fotos, porque a saber quien se pensaba que éramos, (aunque luego pensé...que coñ... va a hacer con esas fotos, cuando se de cuenta que no somos nadie).

Me encantó comer en un restaurante típico del antiguo Saint Tropez, pues las vistas y la compañía fueron ideales, a pesar que creo que ofendí al dueño, al decirle que la sangría no se parecía en nada a la nuestra, (mi gran boca que me pierde, ya lo sabéis), pero es que él alardeó demasiado, que era mejor que la nuestra y no pude aguantarme, aunque lo hice sonriendo, (dicen que eso lo perdona todo).

Aquella noche, asistimos a un club que tenía vistas a los yates del puerto. ¡Y digo yates! Que al menos tenían como poco veinte metros de slora. Disfruté, disfruté mucho bailando descalza sobre arena negra, (supongo que eso son los caprichos de los ricos), pero vi que ese mundo no era para mi y que de ser rica, yo sería diferente, muy diferente.

Lo que si os aseguro es que no me gastaría, creo que lo vi bien en la carta, 400 € en una botella de Moet & Chandon gigante, (aquella noche pasaron al menos siete por delante mio y todas iban al mismo yate).

Supongo que hay diferentes tipos de ricos. Yo aspiro a poder tener una casita en un lugar solitario, (por ejemplo un acantilado con vistas al mar), desde donde poder escribir acunada por la brisa del mar tirreno, o del mediterráneo, y poder, de vez en cuando darme un tonto capricho como un viaje a París para poder ver el Lago de los cisnes en el ballet de la ópera, cenar en Le Moulin de la Galette de Montmatre...y...

¡¡Esperad!! ¡Dejad que comparta con vosotros el sueño de esa cena!

Imaginad el jardín donde Renoir pintó su ya famoso cuadro, (ahora algo mas moderno, el jardín, no el cuadro), una noche de Junio cálida, una compañía agradable, (yo la tengo clara), un plato de "Foie gras mit cuit, avec marmelade de cédrat", regado con un "Vouvray Sec "Les Argiles", Domaine François Chidaine de la zona del Loira. Sus notas cítricas, junto al aroma de flor de naranjo se unen al sabor del foie gras con la sutil mermelada de cidra, (una especie de limón más grande y ácido). ¡¡¡¡Mmmmmmm!!!!

Un trozo de foie gras untado sobre una tostada de brioche se deshace en tu boca mientras le das un tiento al vino blanco para enumerar en tu paladar su sabor seco con un toque de acidez y destellos de avellana...

Delicioso... ¿No?

Después, un "Filet de Boueuf avec sauce Béarnais", regado con un Bourgogne, "Corton Gran Cru de 1998", Domaine de Louis Latour. Saboreas el sabor de la carne, (yo que soy de salmón, imaginar como ha de ser esa carne), junto al potente sabor del vino tinto y su aroma a asado, flor de cerezo negro y cassis, (una fruta del bosque parecida a la grosella negra).

Para finalizar un "Moelleux au chocolat" o una "Soupe de mandarine et ananas avec Gran Marnier" y un vaso chato, bajo, sin hielo, con dos dedos de buen y helado vodka ruso, como por ejemplo un "нА Здоровье“, (aunque eso sería un poco difícil, pues creo que ese vodka, sólo se encuentra en Rusia, al menos, a mi me lo traen de allí).

Después de esa magnífica cena, una noche en la suite Daniel, del Hotel Daniel que se encuentra en la rue Frederic Bastiat, que es el único hotel del mundo donde sus paredes están cubiertas con papel francés del siglo XVIII, de estilo chinesco y pintado a mano por encargo. Realmente, me conformaría incluso con la Junior Suite, pero creo que esa no tiene un balcón donde a la mañana siguiente poder desayunar, un zumo de naranja con zanahoria, un croissant de mantequilla caliente y un café con leche humeante, (lamentablemente de café soluble, pues eso es una tarea pendiente de los franceses), mientras los rayos del sol de Junio te calientan y te deleitas con las vistas de la Tour Eiffel (que se encuentra a menos de trescientos metros) y que se ve a través de los maravillosos tejados de París.

¿Creéis que es pedir mucho? Hombre, lo de la casita como que si, pero esa noche romántica... haciendo cuentas y mira que no me gusta hacerlas... ¡Pica mucho! Pero...

Ahora que ya hemos soñado un poco... ¿Veis que fácil es? Esto si que no cuesta dinero.

Os deseo una vida llena de Slow Life, y un fin de semana lleno de besos, amor y sueños...

y... si alguna vez os toca la lotería, ¡¡Ssshhhtttt!!, no se lo digáis a nadie. ;-)

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