lunes, 13 de junio de 2011

The Slutwalk o la Marcha de las putas

Hoy es fiesta en Barcelona. No debería escribir, pero tengo ganas de hablar sobre una noticia, así que, empezamos.

¿Por qué tenemos tanto miedo a la palabra PUTA?


¿Es que acaso es un insulto? La verdad es que yo siempre he pensado que no ofende el que quiere, si no el que puede. Así que para mí, la palabra puta, no es más que una que nombra la profesión más antigua del mundo.

Si claro, ahora vendrán oleadas de aquellos "salvadores del mundo" que yo tanto odio, para decirme que si las putas están obligadas a ejercer, que si son esclavizadas, que si son pobres mujeres drogadictas que no tienen otra profesión a que dedicarse...
Yo no digo que no exista la trata de blancas. No digo que haya muchas de esas mujeres que tengan problemas con las drogas, y ni siquiera digo que no haya una parte que, deseosas por salir de su país, se acogen a ofertas de trabajo dudosas que las llevan indudablemente hasta un red de proxenetas, que las tratan como simple mercancía y las obliga a ejercer esta profesión. Cosa que por otro lado se terminaría, si esta profesión fuera reconocida y legalizada, pero bueno, eso es ya otro tema.

Yo creo, que todos estos estigmas que la sociedad les ha impuesto, no son más que nuestros propios miedos volcados sobre una profesión en la que muchas mujeres ven una forma rápida, que no fácil, de ganar un dinero que no ganarían con los miserables sueldos medios de cualquier país.

Vamos a ver... Ser prostituta es un trabajo como cualquier otro, siempre y cuando la persona que lo ejerce, lo haga libremente. Es curioso como esos estigmas de los que hablaba, han diferenciado incluso esta profesión, alzando cuando un hombre se vende, GIGOLO; que se liga a mujeres maduras y ricas, y rebajando a lo más sucio y bajo cuando lo hace una mujer, PUTA; que se vende al mejor postor.

¿Qué a nuestra sociedad aún le queda mucho por aprender sobre la igualdad de sexos? Esto no lo voy a discutir. Pero que en pleno siglo veintiuno, un señor como Michael Sanguinetti, policía de Canadá, que estaba informando de como librarse de la violencia sexual a un grupo de estudiantes universitarios, dijera con total impunidad que: "Se evitarían muchas agresiones sexuales si las mujeres no se vistieran como putas". 
¡¡Eso ya es la ostia!!

A razón de estas declaraciones se han realizado en varios países, unas manifestaciones que se han empezado a llamar "La marcha de las putas" o "Marcha de las golfas" para los más políticamente correctos, a las que si en algún momento se convoca alguna de esta índole en mi ciudad, por supuesto asistiré.

Asistiré porque es una vergüenza que las mujeres no podamos vestir como nos de la gana, no podamos provocar si así lo deseamos, y sobretodo, no podamos ejercer nuestro derecho al "NO, es NO", cuando a nosotras no de la real gana.

¿Calientabraguetas? Puede. ¿Putas? A lo mejor. ¿Victimas de violación? Jamás. ¿Descerebradas que no pueden controlar sus instintos? Nunca.
¿Qué te excitas porque llevo minifalda y tengo unas piernas de escandalo? ¡Eso es tu problema!
¿Qué te gusta mirar mi escote y que te pones cardíaco cuando lo enseño más de lo normal? ¡Eso es tu problema!
¿Acaso yo te acoso cuando te pones unos tejanos apretados? ¿Acaso te digo lo buenorro que estas sólo porque me llevas la camisa abierta? ¿Verdad que no? ¿Qué es lo que te diferencia de mí? ¿Qué yo soy mujer y tengo más control? Pues hijo, creo que es hora de aprender esta lección. Porque cuando una mujer se viste sexy, lo hace para gustarse a si misma y para mirarse al espejo y disfrutar con la imagen que este le devuelve, no para que un baboso la acose con insultos o incluso con manoseos que no puede controlar, como si se tratara de un gorila en celo.

Si señores, venimos del mono, pero por suerte la mayoría hemos evolucionado hasta poder controlar nuestros instintos sexuales. Eso es lo que nos diferencia de los animales.

Así que la próxima vez que veas a una mujer mostrando escote y enseñando pierna, no pienses ni por un momento que se ha vestido así por ti. Lo ha hecho por ella misma, para mirarse al espejo y poder decirse, ¡Pero que guapa eres! Porque a veces, con tantos imputs de modelos perfectas de photoshop, necesitas ponerte bien sexy, para poder decir: "Yo también lo valgo"

Así que más control de los instintos, y menos supremacía machista. 

Porque si en algo podemos dominar las mujeres es que decimos cuándo, cómo y con quién.

Y meteros en la cabeza esto:
    Un NO es siempre un NO. Ni un tal vez, ni un a lo mejor. 
    NO, es NO, siempre.

Y nosotras decidimos que hacemos con nuestro cuerpo y con quien deseamos compartirlo.

Slow life!!

P.D: No deja de ser curioso la poca difusión que se le ha dado en España a esta noticia. Es algo que me hace pensar. Os dejo alguna de las pancartas, por cierto, muy buenas, de las distintas manifestaciones en varios países del mundo.


Había otra que no se veía bien que decía así: 
 "Me quieres Virgen, me quieres Santa, Me tienes HARTA"

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