martes, 15 de marzo de 2011

Cinco días y Primavera

Siempre me ha sorprendido la capacidad que tiene el ser humano de crecimiento. A veces creo que nunca dejamos de crecer y de aprender y que nuestra vida se basa en saber como quieres vivir, con quien quieres andar, y en definitiva que quieres de la vida, aunque sé que hay mucha gente que sólo sigue los caminos preestablecidos por la sociedad que antes que nosotros han pasado por ahí.

Sales del instituto, estudias una carrera o te pones a trabajar, conoces a "un@ buen@ chic@", sales con el/ella, te casas, (o no), tienes un par de hijos, (que es la media nacional), sigues trabajando, (si tienes suerte), te divorcias, (o no, que ahora no está tan de moda), los hijos siguen tus pasos, (o no), maduras, tienes una casa, una hipoteca, un coche, sigues madurando, sigues trabajando, hasta que al final te jubilas e intentas llevar un buen ritmo de vida con la pensión que te ha quedado. Tus hijos siguen madurando, te dan nietos, (que muchas veces has de cuidar tú, porque ellos trabajan), empiezas a tener achaques, tus hijos viven su vida sin contar contigo, y al final, miras para atrás y ves que te sientes orgulloso de tu vida, y te conformas porque tus hijos siguen de alguna forma por tu mismo camino.

ETAPA ADULTA (De 30 a 50 años)

¿Eso es la vida? ¿Repetir siempre los mismos pasos por el mismo camino que alguien antes que tú ha caminado? Pues no sé que pensaréis vosotros, pero ese tipo de vida, no va conmigo.
Será que estoy hecha de otra pasta, o que mi turbulenta mente de artista, se niega a "madurar". Me pregunto si Beauvoir, Rossetti, Winterhalter, Renoir, Cezanne, Degas, Sartre... y todos aquellos artistas que han influido en mi vida, realizaron esos mismos pasos o se salieron del camino preestablecido.
Que no tuvieron vidas normales, eso lo sé del cierto, por la historia que nos han dejado a través de sus biografías, que no pasaron por el aro, lo supongo, pues si no, no hubieran destacado de la media, pero, lo que si me pregunto es porqué, después de grandes artistas como ellos o grandes pensadores y filósofos, seguimos pensando igual y haciendo las mismas cosas.

En mi crecimiento personal, he de reconocer que tardé mucho en saber lo que quería de verdad, y no fue hasta los treinta que decidí por mi misma que es lo que quería de la vida, descubriendo que era un ser cambiante, que me aburre ver las mismas cosas todo el tiempo, que puedo escuchar casi toda clase de música sin pararme en un solo estilo, (aunque adoro las voces de Andrea Bocelli, Enya y Michael Buble), que me gusta leer lo que me apetece, no porque haya ganado un premio, o porque la crítica haya dicho que es una gran obra, si no porque yo la he elegido por la historia que cuenta. He aprendido que no todo lo del pasado es bueno, pero que hemos de respetarlo y aprender de ello, y que a veces, debemos enriquecer nuestro presente con esas experiencias que los otros han vivido, no por imitarlos, si no para hacer sus experiencias nuestras y renovarlas mejorando lo que ellos ya han hecho. He aprendido a discernir una buena obra por mi misma sin tener que hacer caso a los expertos, y os aseguro que fue un palo, abrir la primera página de una gran best seller y darme cuenta que aquel libro, conocido en todo el mundo, tenía un comienzo horrible que evitó que siguiera leyendo, aunque algún día sé que le daré una oportunidad, pues a veces un mal comienzo no quita que exista una gran historia detrás.
Ahora sé que odio la mediocridad, las personas que se vanaglorian de su incultura, que disfrutan siendo barrio bajeros sin tener esperanza a mejorar. He descubierto algo horrible, que los dadaistas siguen existiendo y que muchos en esta sociedad les siguen, sólo por el hecho que les creen transgresores o simplemente porque les divierten y no tienen que pensar en sus pobres vidas.

Que durante nuestra vida, nuestra necesidades cambian, eso es un hecho, pero que cuando se produce este cambio, muchos se niegan a dar el paso por miedo a destrozar todo lo que creen haber conseguido, eso también lo es. Y la verdad, si hay algo en este mundo que me da realmente pena, es aquel ser humano, que sumido en una vida que no le gusta, junto a alguien que no desea estar, sin haber conseguido sus metas o sin haber descubierto que es lo que realmente quiere, siga con toda esa farsa sin osar a cambiar ni un solo ápice de su existencia, por miedo a encontrarse solo, a no conseguir aquello que quiere, o a no seguir los cauces normales de la sociedad.

Desde que cumplí los treinta, mi vida ha estado llena de cambios que han sido provocados por mi misma. No sabía que consecuencias tendrían, pero me arriesgué y no puedo decir que me haya ido tan mal. Puede que termine mis días como grandes artistas que murieron pobres, aunque sus obras se venden ahora millonarias o que en algún momento de mi vida, alcance a vivir de mi arte. Desconozco lo que la vida me tiene preparado para los más de veinte años que faltan para que termine esta etapa y como voy a cambiar durante ese tiempo. Lo que si sé es que nadie puede decidir por mi que es lo que quiero o no hacer con mi vida, a pesar que no estamos exentos de las influencias y que a veces debemos hacer cosas que no queremos. Pero lo que si os aseguro es que jamás dejaré de luchar, porque cuantos buenos actores, escritores o pintores que hoy llegan a nosotros por su buen trabajo, han escuchado eso de "dedícate a otra cosa, que tú no vales para esto"

Y me pregunto, cómo serán nuestros futuros adultos. Si vivirán todo lo que cuento mucho antes que yo, si serán, a causa de estas experiencias, más inteligentes o más sagaces, pero espero que cada uno descubra las cosas en el momento adecuado, pues aunque no recuerdo si fue mi abuelita o mi propia madre quien me enseñó esta frase, es algo que siempre he tenido en cuenta: 
Cada cosa tiene su lugar, ese es el secreto del orden.

Aunque con el tiempo, yo he añadido algo de mi propia cosecha:
Cada cosa tiene su lugar y cada experiencia su momento, ese es uno de los secretos de la vida.
Porque si para algo estamos en este mundo es para mejorar las cosas que nos han enseñado... pues, como se dice en una de mis películas favoritas:

- ¿Qué hombre es aquel que no quiere mejorar el mundo? -

Si todos pensáramos, tan sólo por un momento, en esa frase, puede que el pequeño mundo que nos rodea mejorara, y de esa manera, todos nos convirtiéramos en mejores seres humanos.

Slow life... Por una vida llena de honor, cultura y calidad.

lunes, 14 de marzo de 2011

De luto por Japón

Supongo que los seguidores de este blog se habrán dado cuenta, que últimamente, además de una cuenta atrás para la llegada de mi estación favorita del año, que es la Primavera, estoy relatando en estas últimas entradas, la historia emocional del ser humano desde la infancia hasta la vejez, siempre desde mi particular punto de vista.
Pero si bien, hoy debería hablar sobre la etapa adulta que es en la que ahora me encuentro, supongo que entenderéis, pues una imagen dice más que mil palabras, que haga un parón, en señal de duelo a las víctimas del terremoto y del tsunami en Japón.

Recuerdo que cuando vi la noticia, hablaron de entre cero a diecinueve víctimas mortales debido al terremoto, aludiéndolo a lo bien preparados que estaban en ese país acostumbrado a los seísmos, y pensé: - Mira si lo están haciendo bien estos japoneses, que en un terremoto de tan alta magnitud, hay tan pocos muertos e incluso llamé a mi pareja para comentárselo, pues me parecía una batalla ganada del ser humano contra la naturaleza -

Ayyyy... pero resulta que nadie puede controlar las fuerzas de la naturaleza y si bien el terremoto no causó por si solo muchas víctimas, el posterior tsunami arrasó gran parte del territorio nipón. Nadie se lo esperaba o si bien lo hacían, creo yo, que nadie esperaba que causara tantas muertes y tantos daños materiales.

Tras cuatro días de la desgracia, resulta que esos diecinueve muertos, se han convertido en mil ochocientos noventa y siete y más de tres mil desaparecidos.
El mundo se revela señores míos y parece ser, que han de ocurrir estas cosas para que el ser humano quiera ser algo más respetuoso con esta tierra que no nos pertenece.

Si bien hacía unos días, escuchaba que nuestro país prefería rebajar la velocidad, parar la inversión en parques eólicos y la "excelente idea" de nuestra "siempre querida derecha" de que, cuando llegaran al gobierno, (demasiado claro lo tienen algunos), potenciar la construcción de nuevas centrales nucleares, hoy, se escucha en todo el mundo la preocupación de un nuevo Chernobyl en Japón debido a la inestabilidad de las plantas nucleares.

El mismo comisario de Energía Europeo, Günther Oettinger ha dicho que: "El alcance de los acontecimientos en Japón es impredecible", opinión que ha sido respaldada por el ministro de energía galo, Eric Besson, quien dice que la situación en la central de Fukushima es preocupante y no se puede descartar una catástrofe.
Francia, que es el segundo país tras Estados Unidos en dimensión de parques nucleares, dice que sacarán conclusiones útiles de lo ocurrido en Japón.
El primer ministro ruso, Vladímir Putin, dice que: "Las centrales nucleares en Japón no constituyen una amenaza global y que no hay riesgo de explosión nuclear. Con lo cual no vamos a cambiar nuestros planes, pero, sacaremos conclusiones de lo ocurrido"
El ministro austríaco de Medio Ambiente, Nikolaus Berlakovich, ha pedido pruebas de resistencia de las centrales nuclear europeas para revisar sus niveles de seguridad.
El Gobierno alemán anunció que estudia la posibilidad de suspender temporalmente la ley recientemente aprobada para prolongar la vida de las centrales nucleares hasta los catorce años, a la espera de nuevos estudios, tras lo sucedido en Japón.
La ministra de energía Suiza, Doris Leuthard, ha suspendido todos los procedimientos en curso para autorizar nuevas centrales nucleares, mientras se examina la seguridad de las ya existentes.

Pero aquí, en nuestra querida España, hay nuestra querida patria, ayyy...

Nuestros queridos políticos han dicho, y voy a ponerlo por partidos, (me considero completamente apolítica, así que el orden de factores no altera las tonterías que han dicho:
PP y PSOE coinciden, (por una vez en la vida), que el clima no es el más adecuado para debatir.
Elena Salgado, vicepresidenta económica del gobierno, pide no tomar decisiones por una circunstancia en concreto y Marcelino Iglesias, secretario de organización del PSOE, dice que la posición de su partido sobre el tema de las nucleares, no ha cambiado y que se sigue planteando alargar la vida de nuestras centrales nucleares más allá de los cuarenta años. (¿¿CUARENTA??)
Por su parte, Mª Dolores de Cospedal, número dos del PP, dice que su partido estará al lado de los expertos... recodáis que pienso yo de los "expertos", ¿No?
Y el ex ministro Josep Piqué, clama a no dejarse llevar por la demagogia, (para todos aquellos que no lo sepan, es la práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular), que supongo que es lo que, según Piqué, debe estar haciendo IU, (Izquierda Unida), cuando dice que: "Las centrales nucleares son un peligro serio para la humanidad".

¿Sabéis aquel chiste de un tipo que consigue subir al tejado de su casa durante una inundación, y como ve que el agua sigue subiendo, le pide a Dios que le salve y pasa una lancha y le dice que suba y él le contesta: No, Dios me salvará. Y pasa una barca y le dice que se suba y él contesta: No, Dios me salvará. Y pasa una zodiac y le dice que se suba y él contesta: No, Dios me salvará y el agua sube y al final se ahoga y en las puertas del cielo le pregunta a Dios porqué no le ha salvado y Este le contesta:
Te he enviado una lancha, una barca y una zodiac ¿Qué más querías que hiciera para salvarte?


Algunos hacen caso de los avisos, o al menos, demuestran que se preocupan por las consecuencias que nuestras construcciones y nuestra forma de vivir en esta tierra, pueden provocar cuando pasan cosas tan terrorificas como la que ha ocurrido y otros, como nuestros gobernantes, que son más chulos que nadie, dicen: Nuestro pensamiento no ha cambiado, haremos caso de los expertos, no hagamos demagogia barata....

¡Claro, si yo les entiendo! Deben pensar que nuestro país esta a salvo de terremotos, tsunamis y explosiones nucleares.

¡Eh! ¡¡Qué no te ha enterao, que somo epañoles!! (y no, no me he equivocado, ¡epañoles, con dos cojone!)

Para finalizar, a los que tiene fe y a los que no, a los que creen en Dios y a los que no, a los que siguen una religión y a los que no y a la gente buena del mundo, (que no hace falta creer en nada para ser bueno), pido una oración o un pensamiento para todas las victimas (muertos, desaparecidos y sobrevivientes de la catástrofe de Japón)

Dios quiera que no tengamos que preocuparnos por una catástrofe mayor.

Slow life, que es lo único que nos queda.

viernes, 11 de marzo de 2011

Nueve días y Primavera

Pensando que cada persona es diferente y que cada vida es un mundo, toca recordar, por si alguien aún no lo sabe, que las últimas entradas de este blog son escritas sobre ideas muy personales que puede que estén en contra de los pensamientos de la gente que lo lee. Pero, como nadie ha comentado nada al respecto, (nada malo, me refiero), seguiré por este camino ya que sólo he encontrado elogios en mis mensajes de Facebook. Con lo cual, allá vamos.

JUVENTUD (De 20 a 30 años aproximadamente)
Dicen que esta es la mejor etapa de los seres humanos, aunque, me vais a permitir que esté en desacuerdo, ahora que la veo desde la lejanía. En mi defensa he de decir que como sé que mi educación ha sido diferente a la media nacional, también lo que he vivido, es diferente a la media y sé por amistades e historias que me cuentan, que yo, (de alguna manera), perdí mi tiempo durante esa época, (aunque he de decir que yo no lo veo así), pues seguía buscándome a mi misma, (eso es lo que tiene ser tan complicada que tardas mucho más que los demás en encontrarte).
Durante mi juventud, (que tambien he de decir, como comentaré más adelante, sigo sintiéndome joven), me encontré sumida en un mundo tan diferente a lo que había vivido, que cada momento que vivía me parecía alucinante, pues, gracias a la sobre protección, (mental), que mi madre había ejercido sobre mí, desconocía multitud de cosas que llegaron todas juntas a mi cerebro, provocando una tormenta de ideas en mi, que hicieron que me replanteara todo mi universo.

He oído por ahí, de algún que otro iluminado, que somos lo que somos gracias a la educación de nuestros padres. ¡Cómo no vamos a serlo si son ellos los que nos influencian en nuestro crecimiento! La verdad es que hay cada uno por ahí que, como decimos por estas tierras, "li falta més d'un bull" (le falta un hervor).

Llevamos las enseñanzas de nuestra educación paterna en la sangre, pero al crecer, la sociedad y el entorno que nos rodea, influencian nuestra manera de ser y de crecer. Así pues, yo, que pensaba que el mundo era de color rosa y que todos se amaban entre si, me topé con un alto muro de piedra dura donde me rompí, (no literalmente), todos los dientes, al descubrir que habían familias rotas donde los padres pegaban a sus hijos, donde la gente se peleaba sólo por el mero hecho de que habían entrado en su territorio y donde la persona que en teoría debía protegerte, te decía que si te peleabas con alguien, el no vendría a sacarte las castañas del fuego, (recuerdo que en ese momento pensé, joder... y con quien tengo que pegarme yo?).
Pero en defensa a esos años, también encontré a personas que no tenían nada pero que todo lo daban, donde su hermandad estaba por encima de absolutamente todo. Un lugar para los que nada habían tenido y donde ahora todo era de todos. Unas personas que tras casi veinte años, algunos de ellos, siguen estando en mi corazón y en mi mente, como los amigos de toda la vida y, (aunque no nos veamos mucho), siguen estando en mis pensamientos, yo creo que ya para siempre.

Durante esos años, seguí buscándome, pero esta vez en compañía. Lo había visto tan claro desde el principio, que decidí embarcarme en una relación que aún hoy día dura, pues elegí a la persona que quise me acompañara el resto de mi vida y me salió bien, pues a pesar de que éramos unos niños, supimos crecer juntos y fabricar nuestro propio mundo, al margen de todo lo que nos rodeaba.
Durante esta etapa, fabriqué mi propia vida, aunque aún no sabía que eso no era lo que yo quería, (lo descubriría al final de esta etapa), pero fui muy feliz, indagando en la mente de gente tan diferente a todo lo que yo había conocido y encontrando muchas respuestas a preguntas que nadie me había contestado, pues jamás se me hubiera ocurrido pensarlas entre los algodones donde viví.
Me enfrenté a problemas que jamás había tenido, a hechos que jamás había pensado que me sucedieran y puedo decir que salí airosa, que gané la batalla de la vida y del conocimiento y que fui creciendo en consecuencia a todo lo que estaba aprendiendo de nuevo.

Para una mente tan ávida de conocimiento como la mía, fue una gran etapa, aunque sólo recuerdo cosas significativas, pues según mi médico tengo un cerebro selectivo que solo recuerda las cosas de las que aprende algo o que le impactan, (no sé si es bueno o no, pero por ahora no me puedo quejar).

Pienso en como será la juventud que ahora es adolescente. Como se enfrentaran a su primera entrevista de trabajo, a su primer alquiler, a sus primeros problemas domésticos, a su primera salida del país, a su primera convivencia con otras personas...
Sé que va a ser muy diferente a mi experiencia, pues ahora, durante esta etapa, supongo que tienes a tu alcance muchas mas herramienta para conocerte... Más libertad, más información, más ganas de experimentar... Sólo espero que no hayamos asustado tanto a nuestra juventud con temas como el paro, el medio ambiente, la crisis, las guerras o lo duro que es trabajar y que puedan salir airosos de su propio crecimiento personal.

Y sigo diciendo, que tengo muchísima curiosidad por saber como serán ellos en el futuro, aunque espero que, al menos, los más allegados a mí, llenen sus vidas de calidad, dejen la mediocridad escondida en lo más profundo y deseen crecer y conocerse como seres humanos.

Slow Life, muchos besos y feliz fin de semana.

P.D: Hoy quiero hacer una mención especial a una de mis amigas. Mañana es su cumple y si algo tenemos los escritores, es el privilegio de transmitir nuestros sentimientos de una manera diferente a los demás. Gracias a ella sigo aprendiendo mucho de la vida y aunque a veces en la lejanía, (aunque vivimos en la misma ciudad), no cambiaría por nada mis viajes con ella, mis experiencias y nuestros secretos. Gracias por todo aquello que aportas a mi vida y que sé, seguirás aportando. 

¡Besitos y muchas felicidades, preciosa!

jueves, 10 de marzo de 2011

Diez días y Primavera

No, no es que no sepa contar o que haya errado en mis entradas de este blog al pasar de la infancia de los trece años, a la adolescencia de los dieciséis. Sé que he omitido dos años de la vida de cualquier ser humano. Entre los 14 y los 15 años. No es que en esos años seamos invisibles, aunque nos lo parezca, si no que, es muy difícil saber cuando dejas de ser un niño, para pasar a ser adolescente.

¿Y NOSOTROS QUÉ SOMOS? (14 y 15 años)
Esos años para mi, no fueron difíciles, aunque como ya sabéis, yo tuve mucha suerte y la vida fue y ha sido muy benevolente conmigo.

Recuerdo esa época y me veo a mi misma jugando con las Barbies, aunque ahora ya no se iban de compras si no que se besaban y hacían otras cosas que salían en la revista Nuevo Vale, (revista que compraba a escondidas de mi madre), con sus respectivos novios, llamados Ken.

No sé si alguna vez os lo he comentado, pero tengo un don y por gracia o desgracia, mi mente olvida muy rápidamente las cosas malas que le ocurren. Con ello y a pesar que hasta ahora lo recordaba vagamente como algo malo, durante esa época, mi madre descubrió las revistas, (creo que si no tenía decenas de ellas, no tenía ninguna), las leyó y decidió que no eran apropiadas para mi. Nadie me preguntó si estaba de acuerdo, pero las revistas desaparecieron.
Sé que en aquel momento tuve una gran rabieta, pero ahora sé que eso es la educación. No ha de gustarte, nadie te ha de pedir permiso para educarte, ni si quiera has de estar de acuerdo con sus maneras, pues (en teoría y en la gran mayoría), los actos de los padres, son realizados bajo un sentimiento que todo lo permite, que es el amor.

Ahora que pienso en esa época, fui una niña/adolescente muy privilegiada, pues también recuerdo que mis juegos se realizaban en una habitación decorada tal como yo quise, con los muebles que yo quise y con las paredes empapeladas de mis artistas favoritos.
Yo pedía y mis padres me daban, tan sólo recuerdo una norma, no se sale de noche, (sí, estuve llegando a las diez de la noche hasta los dieciocho), pero en cambio, podía hacer todas las fiestas que quisiera en casa, (por suerte era una casa muy grande y mis padres siempre se quedaban en su habitación).

En aquella época, tenía una... Iba a decir muy buena amiga, aunque con los años, descubrí que yo era mejor amiga de ella, que ella de mi, pero bueno, en esa época yo aún no lo sabía y con ella experimenté mi primer cigarro en la azotea de su casa, largas tardes viendo los vídeos de Limahl, desentonaciones de las tontas canciones de Alex y Christina, los primeros coqueteos con los chicos, y el compartir unos sueños completamente oníricos y faltos de realidad que por aquel entonces, creíamos que se iban a cumplir.
A lo que iba, recuerdo especialmente un día, (para que veáis la fina línea que durante esos dos años separa a la niñez de la adolescencia), que fuimos a Portal de l'Angel a tomar una hamburguesa al Pokin's, (que era como el Mac Donal's, pero mejor), y que empezó a llover a cántaros a nuestra salida del local. Ninguna de las dos llevaba paraguas y nos quedamos escondidas en un portal para ver si despejaba. De pronto, algo en mi interior hizo click y supongo que por muy mayor que pensara que era, aquel click, me devolvió a la infancia de la que no había salido aún. Dejé mi mochila en el portal y empecé a dar vueltas en medio de la calle, mientras la lluvia me empapaba. Daba tantas vueltas y tan rápido que ni siquiera me fijé en las miradas de desaprobación de los adultos que pasaban bajo sus paraguas abiertos, pero si me di cuenta que mi amiga me miraba sin saber que hacer y sin para de dar vueltas le dije: Vamos Eva, no sabes lo chulo que es.

Y nos pusimos a dar vueltas y mas vueltas hasta que caímos mareadas al suelo en medio de un enorme ataque de risas y carcajadas que, (al menos a mí), me conectaron con la niña que aún llevaba dentro y que se negaba a dejarme del todo, (por suerte, esa niña jamás se ha ido del todo y aún hoy día, se que está ahí, latente, a la espera para cuando algún día la necesite).

Con esta historia tan personal, sólo quería decirles a todas esas niñas/adolescentes y me refiero a las féminas, pues desconozco si ellos pasan por lo mismo, que no debéis esconder a esa niña que tenéis dentro, que hay tiempo para todo, que ser adolescente es algo bonito, siempre y cuando, antes hayas sido niña. Que ser niña no es malo, y que te traten como tal no es vergonzoso.
Si, vale, los tiempos han cambiado, las niñas de ayer ahora ya son adolescentes, hacéis cosas que nosotras a vuestra edad no hacíamos, pero os he de decir que en este afán de llegar a la adolescencia, de experimentar todo aquello que vuestras hermanas, primas, amigas ya han vivido, os olvidáis de amueblar vuestra mente y vuestro corazón con lo más importante, las experiencias que sólo esa etapa de vuestras vidas pueden daros: Risas con las amigas, amistad de aquella que crees que durará siempre, locuras como comer patatas fritas regadas con Coca Cola, bromas y gamberradas que se hacen a vuestra edad, sólo por el mero hecho de tener vuestra edad y libertad de actuar como un niño, teniendo cuerpo de mayor.

No os perdáis todas esas experiencias locas, no dejéis que la sociedad que se mueve tan deprisa en estos tiempos, os engulla a un huracán al que ya llegaréis. Mirad el ejemplo de Demi Lovato, un icono de vuestra época que ya no lo es tanto.
Tan sólo son dos años, pero... ¡Qué dos años! No dejéis que aquello que veis en televisión, lo que os dicen vuestr@s amiga@s, las canciones que escucháis, las imágenes que veis y los sentimientos que os abruman, oculten a la niña que aún lleváis dentro, porque una vez se esconda, ya no volverá a salir hasta dentro de muchos años.

¡Sed felices! Pero, vivid cada cosa en el momento adecuado.

Las prisas no son buenas compañeras y las experiencias se han de vivir en el momento justo, para que sean recordadas como buenas.

Así que, Slow life para vosotras también y permitid que esa niña salga de vez en cuando.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Once días y Primavera

Supongo que todos creemos que lo que nos pasa en un momento dado de nuestra vida, sólo nos pasa a nosotros. Que somos a los únicos a quien les ha ocurrido y que les ocurrirán esos hechos, pero lamentablemente he de decir, que ahora lo sé, todo está inventado, no porque alguien lo haya inventado antes que tú, si no porque la vida, por muchos años que pasen, no cambia tanto como creemos.
El lenguaje se moderniza, las modas cambian, cambia la educación, el modo de actuar y de pensar, pero los hechos a los que nos enfrentamos, siempre son los mismos.

Mismos hechos en distintas circunstancias y épocas... Da que pensar...

En este caso y como podéis ver en las fotos, hablo de la rebeldía en la adolescencia, retomando el tema de ayer.

ADOLESCENCIA (Entre 16 y 20 años, aunque algunos comienzan antes, sin estar preparados)

Nadie duda que James Dean, fue el rebelde de nuestros padres, aunque creo que lo mas rebelde que vieron los míos fue al dúo dinámico cantando a su novia de quince años...

¡Jo, qué bronca me voy a llevar de mi madre si pongo esto!

Rectifico... En una época de falta de libertad total, no sé como ni cuando, sé que mi madre escuchó a Elvis Presley, que era una gran bailarina de Rock 'n' Roll y que su hermano, mi tío Eduardo, era su maravillosa pareja de baile y la lanzaba al aire dándole mil piruetas... La verdad, es que soy capaz de imaginarla moviéndose como una peonza, pues ese espíritu no lo ha perdido jamás, y a su modo, también fue una rebelde y una inconformista, tanto que estuvo a punto de irse a trabajar fuera de España, (ahora yo sería alta, rubia y me llamaría Brunhilde Schulze o algo así) ¡Suerte que conoció antes a mi padre!

En mi época, Madonna era lo más... Irreverente, rebelde, rara, subversiva, insurrecta, insubordinada, indomable, inconformista y contestataria. Lo que yo hubiera dado de poder vestir como ella, con los sujetadores por encima de la ropa y con esas faldas de tutú de gasa negra... Y eso que yo fui una adolescente libre y que me permitieron hacer, (en gran manera), lo que quise.
Recuerdo esa época como unos años de búsqueda en la que mis padres me dejaron experimentar lo suficiente como para intentar buscar mi camino, pero siempre con sus ojos puestos en los pasos que daba. Así pues, viniendo de una familia bien, (lo que antes se les llamaba pijos repipis), descubría con cada chico que salía sus mundos, (siempre me ha atraído la gente de la que algo puedo aprender), y me vestía como ellos, escuchaba su música, iba a donde ellos iban y por ello conocí varias "movidas" que detallo en orden de aparición en mi vida:
Heavy, skin, hippy, teddy girl, (esta le encantó a mi madre), new wawe, (esta no tanto), pijo (si volví a lo que ya conocía) y finalmente rocker o motorista, (que fue mi sublime perdición).

Que la adolescencia es un momento para aprender a conocerte, no lo dudo. Que es un momento de rebeldía, lo aseguro. Que piensas que nadie te entiende, que nadie sabe por lo que estás pasando, también. Que crees que el mundo está en tu contra y que vas contracorriente, por supuesto, (aunque eso siempre me ha pasado, incluso de mayor). Por eso, se necesita que alguien guíe tus pasos en la sombra, es necesario, pues es una época donde andas perdida y no es fácil encontrar el camino, si no hay alguien al otro lado que, (dejando que experimentes), te guía para que encuentres tu propio sendero de la vida.

La tercera imagen, es, (a mi parecer), la rebeldía de los adolescentes de hoy. Kesha, una muchacha que habla en sus canciones de fiestas desmadradas, alcohol, borracheras, chicas que pegan a los chicos cuando estos se sobrepasan, besos fortuitos, sexo, tomar el control, estallar y sobre todo del poder de las mujeres sobre los hombres, [cuando entenderá la sociedad que nadie debe tener control sobre el otro, si no que lo que pretende el feminismo, es la paridad, (hablaremos de este tema en otro momento), que si no me voy por las ramas].

Que los adolescentes de hoy busquen su camino, es normal, pero lo que no es tan normal, (y esperar a que termine la frase antes de poner el grito en el cielo), es que tengan tanta información. Pues, la vida se ha de ir experimentando y, creo yo, que los conceptos de la misma, se deben ir encontrando en el momento justo.
Que la información es poder, es verdad, pero que el poder sin control es peligroso, también lo es y os aseguro que los chicos y chicas de hoy, no saben controlar toda la información que les llega y a veces, saturan su disco duro de tal manera que se bloquean y tienen depresiones, ansiedades, angustias...

¡¡¡Por favor!! ¡¡Dejaos de tonterías!! ¡Vivid la vida! ¡Experimentad! Coged la copa que la adolescencia os ha puesto en vuestras manos y bebedla

Todo, todo eso, les ha pasado a los adultos que os rodean, aunque algunos se hallan perdido en el camino, otros quieran ocultar su pasado y otros lo hayan querido olvidar.

Pero sin duda alguna... la mejor manera de vivir un momento de cambios tan importantes como los que os están ocurriendo en este momento es con Slow Life, tranquilamente, disfrutando de cada momento y por supuesto con la calidad que os merecéis.

Muchos besitos a los posibles adultos del futuro.

martes, 8 de marzo de 2011

Doce días y Primavera

Hoy las nubes nos han recordado, que aún no ha llegado la tan ansiada Primavera, por mucho que lo diga un centro comercial.

Tal como dije ayer, quiero hablar positivamente de las cosas y me gustaría hacer una monografía sobre las diferencias entre la infancia,adolescencia, juventud, madurez y vejez de hace más o menos cuarenta años y de las de hoy día, pues me he puesto a pensar y aunque me ha sido difícil, también he podido encontrar puntos positivos en el mundo actual.

Todo lo que viene a continuación, es una opinión personal y no tiene, por supuesto, ninguna base científica, ni tan siquiera las etapas y las edades que a ellas se otorgan.

INFANCIA (Entre 3 y 13 años)
Intento recordar mis primeros años infantiles y por mucho que pienso, no consigo rememorar absolutamente ni una sola frase de desalentación o de temor al futuro.

La verdad es que por lo poco que recuerdo tuve una gran infancia y gracias a la familia que me rodeaba y supongo también a que era la única niña y la pequeña de cuatro hermanos, (en una familia absolutamente anclada en los cincuenta), tuve una infancia muy fácil y alegre. Cada uno tenía su lugar en la familia y nadie se preguntaba porqué las cosas eran así, pues nadie preguntaba porqué a nuestros padres, porque lo que de ellos venía, bien recibido estaba.

Hablo de mi generación, nacida durante los años setenta, aquella que aún creía en los reyes magos, en la esperanza de haber sido un buen niño y que aquellos señores con barba de colores y vestidos orientales te trajeran aquello que habías pedido, aunque nadie se molestaba, ni se ponía a llorar, si en vez de una Barbie, te traían una Darling, (que por cierto, era más fea que un pecado).
Hablo de las tradiciones, cuando los padres iban a comprar los regalos sin los niños, cuando intentaban hacer un hueco entre la multitud para que vieras a tu rey mago favorito, cuando te decían que apretaras los puños bien fuerte porque así la noche pasaba más rápido y tú te lo creías.
Hablo de una época donde durante las vacaciones, nadie ponía el grito en el cielo porque atravesaras un bosque acompañada solo de tu mas fiel amiga para poder llegar a la piscina, cuando podías ir a buscar moras o renacuajos sin temor a no volver a casa.
Hablo de las primeras películas vistas en el cine. En mi caso fue Indiana Jones en el templo perdido, fue en el cine Excelsior de la Gran vía y me pasé la mitad de la película con los ojos tapados por la mano de mi madre, pues ella no quería que yo pasara miedo.

Y ahora intento mirar a la infancia de hoy, positivamente. Y lo intento, e intento ver que buena que es su infancia, y me cuesta... me cuesta mucho, pero al final lo consigo y veo...
Y vislumbro... niños independientes que creen no necesitar a sus padres, (aunque a veces, por desgracia es así), que no quieren que les digan como han de vestirse, como han de hablar, como han de vivir. Niños que poco necesitan salir a la calle mientras la televisión funcione. Que casi no necesitan juguetes mientras tengan un ordenador. Puede que todo esto suene mal, pero no es así.
Sí, son muy diferentes a como éramos nosotros, pero no por ello ha de ser malo. Son niños autónomos, a los cuales no va a ser fácil someter a unas normas... ¡Quiero saber que adultos serán! De veras, sin acritud, quiero ver dentro de diez o veinte años que tipo de personas son. Tengo mucha curiosidad y mientras tanto, les daré un voto de confianza, aunque no esté de acuerdo con el modo de educar de hoy en día.

He de decir por otro lado, que hablo desde el desconocimiento pues carezco de hijos y Dios mediante espero poder seguir así durante muchos años, si no, para siempre. Pero como la mayoría en este mundo, tengo sobrinas y sobrinos con amigos y amigas que (aún no sé porqué), les gusta hacer sus fiestas en mis terrazas ;-)
Pero sé que no tengo hijos, pues de tenerlos, serían los llamados "bichos raros", los que no estarían en ningún grupo sociológico preseleccionado y los que serían diferentes a la media, porque esa es la gracia del ser humano, ser diferente.

No digo que la infancia de hoy sea peor que la vivida por mi generación, pero temo que los niños de hoy se crean que son ellos y solo ellos el centro de atención, en vez de creer que forman parte de una familia.

Lo que si tengo seguro y creo firmemente es que mi generación, la nacida entre los setenta y los ochenta fue, es y será la "ostia", que somos la última en tener nuestra mente en nuestros cabales y que hemos sido la última en experimentar la libertad bien entendida.

A todos los nacidos en esa época, jamás olvidéis quienes somos y que hemos vivido, y por supuesto, Slow Life para todos.

lunes, 7 de marzo de 2011

Trece días y Primavera


Hoy hace un sol estúpendo y supongo que también ayuda tener fiesta en Barcelona para que todo, absolutamente todo, sea fantástico en el día de hoy, a pesar que sigo estando algo "enfermita".

Me he dado cuenta, que cuánto más frío hace a mi alrededor, más críticos son mis pensamientos con lo que me rodea, por ello y como me niego a ser crítica si no tengo una solución para el problema, y como sé que la solución a todos los problemas que surgen de las directrices mandadas por nuestro gobierno, desgraciadamente no está en mis manos, si no en las suyas, he decidido dejar de mirar críticamente a asuntos que, nos gusten o no, deberemos acatar y ver si es la solución que el país necesita.

Por ello y porque hace sol, he decidido, volver a escribir sobre las cosas maravillosas que rodean nuestro mundo en el día a día y que ni siquiera nos fijamos en que están a nuestro lado, por las prisas que nuestros trabajos o nuestros quehaceres diarios nos proporcionan.

Dicen que los tiempos han cambiado y cuando me fijo en la vida de mis sobrinas y sus amigas, (que son, por ahora, el único ejemplo que tengo de adolescentes), temo que entre todos, les hemos hecho coger miedo a la vida, pues les instamos a prepararse para ser los mejores cuando, aún siendo los mejores, es posible que el "paro" aparezca en tu vida. Les enseñamos a que vivan la vida al máximo, pues a nosotros se nos ha pasado rápidamente, sin mostrarles que la vida es un camino en el que no se ha de correr, si no disfrutar de cada momento en su momento justo, ni antes, (pues dejas de vivir lo que te toca), ni despues, (porque puede ser que ya no lo puedas hacer).

Al parecer, según las estádisticas, la publicidad y la sociedad que nos rodea, hay una media de habitantes que piensan igual y viven igual, o eso es lo que pretenden que creamos, que como el vecino lo hace, eso es lo normal...

Ayyy... ¡Qué sol tan bueno, está entrando ahora mismo por mi ventana!

Siempre he pensado que ser normal, ha de ser muy aburrido. Por suerte, me educaron para ser diferente a la media y a veces me entristezco por ver a la gente andar por un sendero de normalidad, criticando a los que se salen del camino, a los que desean probar nuevas cosas, a los que quieren experimentar, a los que saben que la vida es mucho más que trabajar hasta acabar reventados para tener un sueldo medio, que nos proporcione elementos medios en nuestras vidas medias.

Aurelius Augustinus o Agustín de Hipona o de Tagaste, fue un filósofo de su tiempo, que vivió entre el 354 a 430, aunque a nosotros llegó como San Agustín, pues al parecer era también teólogo. Tiene múltiples frases lapidarias, pero la que más me gusta y supongo más conoce la gente es:

" No es más rico el que más tiene, si no el que menos necesita"

Y sin caer en la pobreza de los santos, porque, permítanme ustedes, tampoco aspiro a ser santa, la verdad, es que si lo pensamos bien, nadie necesita el último modelo de móvil, o un super coche, (total si no se puede correr), o un super viaje a las islas Fiji, cuando seguro que cerca de nosotros, podemos descubrir una cala desierta y maravillosa.

Nos hemos acostumbrado a vivir como la gente y la sociedad quiere, sin pensar que nuestra vida, es nuestra y sólo nuestra y que sólo tenemos una, así que... ¿Por qué hemos de vivirla como los demás desean? Deberíamos preguntarnos más a menudo qué queremos nosotros de la vida.

Sin dejar la filosofía, dejen que les explique un hecho que le ocurrió a Diógenes, (el filósofo griego), que terminó vivendo dentro de un tonel, pues se desencantó de la sociedad y le dio la espalda:

Una mañana se acercaron a él un grupo de ciudadanos que le encontraron tomando el sol junto a su tonel y le dijeron: "Diógenes, ¿Por qué desprecias el mundo y vienes a vivir tan miserablemente en un tonel? Sabemos que eres muy sabio, dinos, ¿Qué quieres?"
El filósofo contestó: "Lo único que quiero es que te apartes, porque me estás tapando el sol.

¡Absolutamente, maravilloso!

Slow life y si queréis vivir en un tonel, hacedlo, aunque yo aspiro a algo más, por mucho que me guste la filosofía.