miércoles, 7 de septiembre de 2011

Premios Principe Felipe 2011 categoria a la Concordia


Hace un tiempo hablaba sobre las libertades humanas y sobre sus comienzos y términos.

Es curioso que en este país, después de tanto tiempo bajo leyes que restringían esas mismas libertades, aún existan vetos para la libertad de expresión.

¿Quién decide sobre lo que se puede o no se puede hablar?
¿Hay algún límite? ¿Quién o qué nos pone ese límite?

Algunos puede que digan que es nuestra moral, o nuestra fe, o la sociedad la que nos limita. Otros a lo mejor piensan que son la familia, los amigos o los círculos sociales de los cuales nos rodeamos.

¿Qué ocurriría si no existieran estos vetos sociales? ¿Qué pasaría si a nadie le importara que te metieras con su religión, o con su sexualidad, o con la forma de educar a sus hijos, o con la forma de hablar o de vestir?

Siempre he pensado que alguien ahí arriba se equivocó en algo cuando creo al ser humano. Y digo alguien, porque me niego a creer que algo tan rebuscado como el ser humano haya salido de la nada, aunque creo firmemente en la teoría de la evolución.
Si, soy así de rebuscada, que le voy hacer si ni yo misma me entiendo a veces. Pero bueno, lo que yo piense o deje de pensar sobre de donde venimos, ahora no viene al caso.

Hablaba sobre que ocurriría si a nadie le importara que le mentaran a la madre, o que se metieran con su color de piel, o si a nadie le pareciera mal, que otros se burlaran de su dios.

¿Nos convertiría eso en amebas? ¿Seríamos seres sin sangre de aquellos que nunca dicen una palabra más alta que la otra?

Yo por suerte no pertenezco a ese circulo, pero si que he aprendido a lo largo de mi vida a saber lo que para mi es importante o no. Supongo que a eso se le llama escala de valores. Lo complicado es que cada ser humano e individual tiene la suya y jamás nos pondremos de acuerdo en lo que de verdad importa o no, puesto lo que importa para unos, muchas veces no cuenta para los demás.

Y claro... alguien ahora mismo se estará preguntando: - ¿Y a que viene preguntarse todo esto?

Bueno. Pues nada tan fácil como los premios príncipe Felipe. Sí, sí, he puesto príncipe en minúsculas, lo sé.

Bueno, pues cual fue mi sorpresa que en la categoría "Premio a la Concordia", va y resulta que me meten en el mismo saco a los "Héroes de Fukushima" y a los integrantes de "JMJ" (Jornadas Mundial de la Juventud, para los que no lo sepáis)

¿?¿?

Bueno, yo más bien les daría un premio a la heroicidad, aunque como desconozco si esta categoría existe en estos premios, supongo que, después de leer el significado de concordia en mi queridísima RAE, puede que esta categoría sea la que más se ajuste a sus actos heroicos.

Concordia: Conformidad / Unión / Convenio.
¿Que esos héroes se conformaron? Puede.
¿Que se unieron ante la desgracia? Por supuesto.
¿Que lo hicieron por un convenio entre ellos que nadie les pidió? Quiero creer que sí.

Y ahora vienen mis dudas:

¿Con que se conformaron los jóvenes cristianos? ¿Que desgracia era la que los unió? ¿A que convenio llegaron entre ellos?

¿Alguien puede decirme a que descerebrado se le puede ocurrir comparar a unos héroes con jóvenes que decidieron venir de vacaciones para ver al que creen su guía espiritual? ¿Qué es tan importante para que se les ponga en la misma categoría que los que seguro no llegarán a vivir más de veinte años?

Vale, vale... Ahora seguro que hay alguno que está pensando mira la atea esta, ya ha salido con lo del JMJ.
Pues para todos esos, he de decir, que respeto a todos esos jóvenes que se reunieron para loar a un hombre, demostrando así lo buenos y numerosos que son, (que me gustaría a mi saber cuantos de ellos cumplen con los 15 mandamientos. Sí, sí, 15. Diez de la ley de Dios y cinco de la iglesia).

La verdad es que mi fe, (que sí, que también la tengo) difiere muy mucho de la suya, pero me sorprende la estupidez humana cuando se compara el dar la vida por tus congéneres con...
Bueno. La verdad es que aún no sé que es lo que esos jóvenes hicieron de espectacular para estar nominados en la categoría a la concordia de los premios príncipe de Asturias.

Porque... No será... ¡No! Va... ¿A que va a ser por eso? ¿No estarían nominados por no caer en las provocaciones de los malos, malísimos, dirían algunos satánicos del 15M?

¡¡No!! Me niego a pensar eso. Aunque y para no enrollarme más. ¿Sabéis lo que os digo?

Vive y deja vivir y claro está, Slow Life!!!!

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