miércoles, 20 de julio de 2011

Voy a tomar el sol y vuelvo


Si queréis que os diga la verdad, hoy no tengo muchas ganas de escribir. Ha vuelto el sol, la temperatura es bastante alta y tengo muchas ganas de poder estirarme en la hamaca de mi terraza y dejar que los rayos de nuestra estrella me llenen de energía.

Supongo que el verano es lo que tiene, que te acuerdas que pronto tendrás vacaciones y que lo único en lo que piensas es en no hacer nada.

¡¡Es tan relajante no hacer nada!!

Y no creáis, que hay mucha gente que no sabe estar en un sitio sin hacer nada. En alguna parte he visto, no sé si en algún reportaje o una película, como hay familias enteras que se trasladan a la playa o a la casa de campo, y siguen haciendo lo mismo que en sus apartamentos de ciudad pero en otro lugar.

Hay incluso otro tipo de gente que en vez de descansar se llena todo su tiempo con actividades que normalmente no haría, e incluso hay algunos, por suerte los menos, que aprovechan para hacer chapuzas u obras en casa, sin pensar que sus "tareas" pueden molestar a los que si saben estar sin hacer nada.

Todas estas descripciones de diferentes vacaciones, me lleva a pensar que el ser humano es tan, tan diferente entre si, que eso es lo que nos hace tan únicos.

Para mí, las vacaciones son una temporada de descanso, donde no hacer nada. Pero nada, nada. No quiero tener un horario fijo, quiero levantarme a la hora en que se acabe mi sueño, dormirme a la que esté cansada, comer cuando me apetezca y lo que me apetezca, sin tener nada preparado y predestinado. Quiero tomar el sol, ver las estrellas, leer todo aquello que durante el año no he podido y quiero dejar de escribir.

Dejad que matice este punto. Para mí, no es que escribir sea un trabajo, más bien es mi pasión, mi sueño, incluso podría decir, mi droga. Es lo que me mantiene viva. Pero por suerte o por desgracia, este trabajo, (que espero que algún día se convierta en ello), tiene sus handicaps. Yo aún no los conozco, pero espero conocerlos en breve, aunque sé, como hace mucho tiempo dije en una de mis primeras entradas que una de las cosas que peor voy a llevar son los plazos.

Cuando una pasión se convierte en trabajo aprendes que incluso la cosa que te hace más feliz, puede tener sus más y sus menos y por ello, me puse el plazo de escribir, (no más de dos páginas), cada día de lunes a viernes, para ir acostumbrándome a convertir mi pasión en una profesión.

¡¡Y oye!! Qué no lo llevo tan mal... pero claro, como todo trabajo, necesito un descanso.

Necesito vaciar mi mente para volverla a llenar. Necesito vivir experiencias o no vivirlas para poder dejar a mi mente en libertad , necesito recargar fuerzas y necesito estar preparada para un posible cambio de vida, que en algún momento tendrá que llegar.

Lo bueno que esto no sea un trabajo remunerado, es que soy yo misma quien decido cuando cojo esas vacaciones y he decidido que estás van a ser desde el lunes 25 de Julio hasta el 2 de Septiembre, ambos incluidos. Así que como quien avisa no es traidor, avisados quedáis.

Slow Life...

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