miércoles, 9 de febrero de 2011

Polémica

¿Por qué le damos tanta importancia a esta palabra? Se dice que la polémica es la discusión de opiniones contrapuestas, pero parece ser, que a las personas no les gusta que les lleven la contraria.

¿Por qué deberíamos pensar todos igual? ¿No creéis que sería un mundo muy aburrido de ser así?

Todos los buenos comerciales/publicistas saben que la polémica vende, y que la provocación da que hablar. Por ello usan imágenes provocativas, que tratan temas polémicos, para hacer que el público reaccione y se hable sobre el asunto en cuestión.

Para mí los temas más escabrosos que hacen que la gente reaccione son, la religión, el sexo y las adicciones. (Si a alguien se le ocurre alguno más, no dudéis en hacer cualquier comentario, por favor)

¿Por qué hay gente que se ofusca tanto cuando en publicidad se tocan estos temas? Incluso tanto como para conseguir que un anuncio sea vetado y anulado de la emisión.

Lo último que han hecho en el Reino Unido es prohibir el anuncio de Belle D'Opium de un conocido diseñador, porque dicen que incita a los jóvenes a drogarse. A ver... Si el nombre de la colonia es Belle D'Opium o lo que podríamos traducir como, Bella del Opio ¿Cómo quieres anunciarlo? ¿No deberían haber pensado antes de permitir ese nombre en un producto?

Creo que nos fijamos en muchas tonterías, o que a los publicistas les va muy bien que se cree esa mal llamada polémica ante sus anuncios, porque si no, la gente los olvidaría rápido.

¿De veras alguien cree que nuestros jóvenes necesitan influencias externas para drogarse? ¡Si pueden conseguir cualquier sustancia en cualquier sitio! No sé porqué poletizamos con los anuncios, cuando todo esto se terminaría con una buena educación.

¿Es que acaso se cree alguien, que si no lo ven por la tele están a salvo de todo? A lo mejor, lo que tendríamos que hacer es darles las herramientas para que pudieran luchar contra ello y para que fueran lo suficientemente inteligentes para discernir si se quieren "meter" o no.

¡Prohibir! ¡Reglas! ¡Normas! vs ¡Educación! ¡Cultura! ¡Sabiduría!

¿?¿?¿?¿?

Yo lo tengo claro, y eso que creo firmemente que algunas normas son necesarias, (no vaya a pensar alguien que defiendo la anarquía)

¿Tan difícil es educar?

¡Drogas! ¿Qué herramientas podemos darles contra eso? ¿Prohibir un anuncio donde sale una muchacha bailando descontrolada al ritmo de los tambores, mientras gotas de colonia surcan su brazo a modo de heroína? ¿De verdad quieren conseguir algo así? ¿No sería mejor mostrar lo que hace en tu organismo y demostrar que en verdad te destroza el cerebro?

Claro que, pensando por ejemplo en sexo, (tema tabú no hace mucho en nuestra sociedad), en teoría se ha dado toda la información que nosotros no tuvimos, y aún así hay embarazos no deseados. También se ha mostrado que pasa si no te pones casco al ir en moto, o si no te abrochas el cinturón de seguridad y aún se mata gente por esta causa. Supongo que los descerebrados existirán siempre.
Yo no se si es que creemos que la sociedad es tonta o que nuestra juventud es imbécil, pero os aseguro que la manera de que puedan enfrentarse a los problemas reales de la vida real, no es la prohibición, si no la educación

España tuvo casi cuarenta años de prohibiciones y así nos ha ido, que estamos a la cola de Europa.

Slow Life y más educación. ¡Ah.... y besitos para tod@s!

martes, 8 de febrero de 2011

Robando la infancia

Mientras imprimía un nuevo ejemplar de la novela, me ha sido imposible no releer las palabras que se encontraban impresas en las hojas que iban saliendo por la impresora.

Así es imposible centrarse en escribir algo, cuando al leer esas hojas, vuelves a engancharte a la historia que nos cuentan las páginas del libro y sigues leyendo hasta que llegas al final del capítulo. Pero entonces y como yo lo he releído mil veces y sé que es lo que ocurre a continuación, sigo leyendo al quedarme enganchada en su vida. En definitiva. Quería escribir el blog antes de las nueve de la noche, pero me ha sido imposible, pues me he puesto a releer el libro y acabo de terminarlo, de nuevo.

¿Por qué no me canso de leerlo si sé lo que ocurre y cómo acaba? ¿Qué tiene esta historia que no tengan las demás que no he terminado? Ni siquiera yo misma lo sé. Lo único que sé es que tiene que ver la luz de alguna forma.

Y ahora, me vais a perdonar que cambie radicalmente de tema, pero si sigo hablando de la novela contaré cosas que no quiero contar aún, así que lanzaré un tema al aire, algo que no tiene nada que ver con ela, o si.

¿La sociedad de hoy en día le está robando su infancia a los niños?

Supongo que con las prisas de los padres por llegar a hacer todo aquello que deben o quieren hacer, es mucho más fácil recluir a los críos delante del televisor, del ordenador, o de la consola de videojuegos, a tener que llevarlos al parque, o a algún lugar donde puedan jugar con sus bicicletas o sus amigos.

Leyendo un artículo en Internet donde hablaba sobre una nueva generación de niños, (una horrible manía que tiene la gente de meter a todas las personas en un mismo saco), me he quedado sorprendida al leer, que ante un diecinueve por ciento de críos entre dos y cinco años, que saben usar las App, (Aplicaciones para Smartphone), solo un nueve por ciento sabe atarse los cordones de los zapatos, y ante el sesenta por ciento que sabe jugar a un juego de ordenador, tan solo un cuarenta y ocho por ciento sabe montar en bicicleta. Así, ante el veinte por ciento de menores de cinco años que saben nadar sin ayuda, hay un veinticinco que son capaces de abrir el explorador.

¿Qué estamos haciendo? ¿Qué les estamos enseñando? ¿Es que somos capaces de robarles la infancia por nuestra propia comodidad?

Yo no sé si es que soy demasiado inconformista o es que sólo leo noticias absurdas de gente absurda que lo único que es capaz de hacer es inventarse historias para que cuatro gilis digan:
"Siiiii.....mi hijo también sabe usar el ordenador, jejejeje.... El otro día intentó lavar la impresora por dentro porque estaba sucia, pero juega a la consola que parece que sea el KungFu Panda"

Con lo bonito que era estar en la calle hasta la hora de cenar, corriendo y jugando al pilla-pilla hasta que terminabas agotado de tanto correr tras tus amigos. Con el reto que fue quitarle las ruedecitas a la bicicleta y convertirte en una niña mayor. Con la de aventuras que encontrábamos cuando los días de sol nos íbamos al bosque a buscar renacuajos... Sigo diciendo que no soy una tecnófoba y que se pueden compaginar los juegos de antaño con las nuevas tecnologías y los nuevos modos de jugar.

Supongo que a esto se le llama evolución, pero cuidado, a ver si en vez de evolucionar, vamos a involucionar para hacer de nuestra generación de niños, una generación de I diotas (esto va por la generación I, como ahora la llaman)

Slow Life. Más juegos de toda la vida y menos Mario Bross.

lunes, 7 de febrero de 2011

Propicios dias vs poligoneras

Tengo un amigo que vaticina el futuro de nuestra sociedad como la civilización de "Los propicios días".

No se si recordáis la película de Stallone, donde se congelaba a un criminal y a un policía de los años noventa y se les revivía en el año 2032. La sociedad había evolucionado hasta el punto que los gobernantes habían prohibido absolutamente cualquier cosa que pudiera dañar al ser humano, prohibiendo el alcohol, el tabaco, la carne roja, los tacos y el acto sexual con contacto físico, entre otras muchas cosas.

Este amigo del que os hablo, dice que en Europa han empezado prohibiendo el tabaco y los pastelitos en el colegio, y que ahora continuarán con el alcohol y vete tú a saber qué más.

Dándole vueltas a eso de las prohibiciones, recuerdo que cuando mis padres me prohibían algo tajantemente, usando el "Porque lo digo yo", (que alguna vez lo oí en mi infancia), aún tenía más ganas de hacerlo, pero en cambio, cuando se sentaban y me explicaban porqué no debía hacerlo, era como si el ansia de probar aquello prohibido, se desvaneciera de repente.

Yo no sé si las cosas serán diferentes en otros países, supongo que cada uno tiene lo suyo, pero voy a hacer mía esa frase que ahora empieza a surgir entre la gente de a pie, "Prohibido prohibir", y aunque alguien use esas palabras en contextos muy suyos, debo decir, que la solución a la mayoría de problemas, (hablo de drogas, alcohol, sexo sin protección y todo aquello que la nueva generación se está encontrando), es la educación y la cultura, jamás la prohibición.

Lo que no sé, es porqué siguen insistiendo en las televisiones en emitir programas basura que ensalzan lo bonito que es ser inculto, maleducado, gandul, irrespetuoso... y un largo etc... que no pongo, porque de hacerlo, tendría para más de una entrada.
No veo mucha televisión a no ser que sean series o películas, pero, la verdad, pensaba que la sexta se había salvado de ese tipo de programas, hasta que estuve ojeando (al menos hasta que me vinieron las primeras arcadas), el nuevo programa que sustituye a Mujeres ricas. No voy ni a mencionarlo, pues creo que no vale la pena. Sólo puedo decir una cosa: ¡No me lo creo!

Me niego a creer que haya gente así en el país. A ver... ¡Qué la tiparraca que sale en telebasurafive es un producto realizado por unos guionistas esquizofrénicos, vale! Pero que ahora nos quieran hacer creer que existe en el mundo gente como esas tipejas, que se vanaglorian de no haber leído jamás un libro y que se visten como mamarrachos...
Creo que jamás he sido una snob, ni que uno de mis muchos defectos sea la soberbia, pero, no me lo creo. Lo siento. Puede haber gente sencilla, trabajadora, con un nivel de cultura menor a lo que, (al menos yo creía la media española), pero me niego a creer que la sociedad que debe llevar el país en el futuro, vayan a ser este tipo de personas.
Hablando con mi amigo, dice que lo que me pasa es que he madurado y me he vuelto vieja. Puede ser, aunque tengo fama de liberal y mente abierta en mi familia, pero... Si bien puedo adaptarme a muchas cosas, no tolero que, para que una cadena gane el dinero que esas pobres muchachas jamás tendrán, (que aún dudo que no sean actrices), se llene a la juventud de hoy en día, con ideas como que la incultura, la mala educación y el poco respeto, (empezando por uno mismo), esta de moda y es lo que hay.

No quiero un mundo de propicios días, quiero un mundo culto, educado, que sepa que quiere y que no le tenga miedo al futuro. Que pueda discernir entre lo bueno y lo malo porque sus gobernantes les hayan dado los medios, no porque les hayan prohibido las cosas. Quiero un mundo de personas que quieran mejorar lo que les rodea y que quieran salir de ese modo de vida que les convierte en ciudadanos de tercera que no importan a nadie, ni siquiera a los que dependen de sus votos para seguir en el poder.

Mi amigo, que es muy listo, también dice que, es esa gente la que le viene bien a los poderosos. Personas que viven sin preguntarse qué quieren conseguir, y qué debe y puede hacer su gobierno para mejorar sus vidas.

Dicen que yo soy de la generación que lo ha tenido todo. A lo mejor, es por ello que quiero más y que no me contento con las minucias del "Panem et circenses" que nos dan.
Y si bien defiendo el Slow Life por encima de todo, me niego a vivir en un mundo lleno de tontolabas que a lo único que aspiran es a hacerse las uñas, ponerse mechas, fumarse unos canutos y cotillear con sus amigas, mientras escuchan a camela, (y que conste que no tengo nada contra ese grupo de música que a alguien debe gustar), ponen a parir a sus vecinas, y animan a la burroesteban a ser como es, mientras ella se compra un chalet mostrando las barbaridades que sabe decir.

Defiendo ante todo la libertad de expresión y esta claro que la solución no es prohibir. Pero por favor, pido un poco de slow life también en la televisión que llega a nuestros jóvenes. Porque sin duda, el Slow Life es tomarse las cosas con calma, pero también es buscar la CALIDAD en todo aquello que nos rodea.

Slow Life y respiremos profundamente. Besitos.

viernes, 4 de febrero de 2011

Literatura Española o si los grandes pueden elegir

El otro día leí una respuesta de uno de los grandes de la literatura española en una entrevista que le hacían, que decía que lo mejor era hablar sobre aquello que se conoce y que si le encargaban una novela, por ejemplo de Rusia y nieve, él decía que no podía escribirla.

De esta respuesta me surgieron varias dudas. La primera, es que no sabía que a los escritores les encargaran escribir sobre temas, (disculpen aquellos que puedan leerme del mundo literario, pero esto es lo que tiene estar empezando), qué aún sabes poco de pocas cosas. Sé qué con el tiempo aprenderé.

¡Cómo iba diciendo! Supongo que cuando te conviertes en uno de los grandes, te llegan posibles trabajos que escribir y es cuando, has llegado a lo alto, que puedes o no decidir escribir sobre ello. ¡Vamos! ¡Cómo los grandes actores y actrices!

Por otro lado, no dejó de sorprenderme que estuviera tan de acuerdo con él en una parte de sus palabras y tan desacuerdo en otras.
Sé que es bueno escribir sobre lo que conoces, pues así siempre puedes defenderlo con la sabiduría que nadie, si no tú, conoce la historia real. Pero de eso, a no poder escribir una novela de Rusia y nieve, porque nació en una isla calurosa... ¡Pues va a ser que no!

Para eso, digo yo, existe la información y las vías que a ella nos conducen. Y estando en una alta posición, siempre se puede hacer un viaje para documentarse, al menos eso es lo que yo haría si tuviera los medios. Otra cosa, es que estando en el lugar de este señor tengas ganas de hacerlo, esa es otra. Supongo que llega un momento de la vida en que puedes tomarte el lujo de escribir únicamente sobre lo que realmente te de la gana. Pero la duda me viene del verbo que usó: "No puedo hacerlo", no, "No quiero hacerlo".

¡Ahhhhh....! Difícil tarea esto de ganarte la vida en el mundo literario. Sé que yo no estoy a la altura de los grandes, (aún), pero estoy contenta, porque eso me da una ventaja sobre ellos, pues sé que puedo escribir sobre cualquier cosa, la conozca o no.

Realmente, nadie lo sabe todo de todo, aunque a veces, nos creamos ciencias infusas sobre algún que otro tema.

Y esto es, como lo que decía uno de los más grandes genios del humor americano, que creo era algo así:

¡Habla bien sobre ti mismo, pues con el tiempo, nadie sabrá quien ha dicho esas palabras!

Y para acabar, los fantásticos meteorólogos, predicen sol, sol y más sol para este fin de semana que se avecina. 

¡Salid! ¡Disfrutad! ¡Reíd! ¡Jugad! ¡Corred!

¡Vivid la vida!

¿Qué le voy a hacer si el sol me pone las pilas?

Besos, besos y más besos y por supuesto: Slow life!!!!! ¡Nos vemos el lunes!

jueves, 3 de febrero de 2011

Quid difficilis quan exspectare...

O para que todos me entiendan...

Lo difícil de esperar... es que nunca sabes hasta cuando tendrás que hacerlo.

Siempre he odiado esperar. No me gusta que mis actos o mi vida estén a merced de los demás sin poder controlar algo que me afecta personalmente, pero a veces, esto es lo que hay. Aunque crea que las cosas podrían funcionar mejor si fueran de otra manera, también yo he de seguir los caminos abiertos por la sociedad y no desviarme de esos senderos seguros.

A veces, cuando me siento a escribir el blog, no sé sobre que escribiros, pues en teoría esto era una Odisea que contar, pero si el mar está en calma, el viento no aparece, y el barco no se mueve, poco hay que explicar. Sólo que sigo dejándome llevar por la marea.

Como ya he comentado en otras entradas, creo que el trabajo de una escritora es transmitir lo que siente y hacer vibrar al lector. Hoy añadiré algo más, algo que creo es muy importante. Tenemos la misión, de hacer pensar a la gente en cosas, que de otra manera, no llegarían a pensar.

Nos tomamos poco tiempo para pensar, ya que pensar, nos hace preocuparnos por cosas que se encuentran escondidas en nuestro interior y que, por ahora, ya nos va bien que sigan ocultas, pues de esa manera no molestan.

Así que aprovecharé este blog, que también he de decirlo, cada vez tiene más lectores, para haceros pensar en ese precioso modo de vida que defiendo como es el Slow Life. Y que mejor que adjuntar uno de esos escritos que a veces nos llegan a través de internet y que espero, disfrutéis al final de estas palabras que hoy os escribo, porque, aunque no se quien es el/la autor@, puedo decir que es un genio.

Muchas veces me pregunto, quién tiene el tiempo para hacerlos. Y la verdad es que, esas presentaciones, que tanto molestan a los jefes que recibas, pero que, casi siempre abres y miras en horario laboral, están creados por alguien, que sabe que la mejor manera y la más rápida de transmitir un pensamiento, es a través de imágenes y música bonita, enlatadas en un pps que dura como mucho, cinco minutos.

Por eso, a lo mejor, la gente no lee tanto como antes, porque le falta tiempo. O cree que le falta. A veces llenamos nuestro tiempo de cosas tan absurdas como gritarle en un semáforo a la conductora que se retoca los labios, o desesperarnos ante una ventanilla por culpa del funcionario de turno, o el nerviosismo que nos entra cuando explicamos algo a alguien y el otro no lo entiende, por muchas explicaciones que le des, y acabas pensando, "sera inútil el tío", sin pensar que, a lo mejor, eres tú el que no te explicas bien.

¡Qué mal nos sabe perder el tiempo y cuan equivocados estamos al querer ahorrarnos vida!

¿Para qué la guardamos? ¿Para quién?

Mirad el vídeo adjunto que no tiene desperdicio. Para hacer presentaciones también se tiene que tener gusto. Preciosas imágenes, música etérea y un mensaje que es la delicia de cualquiera que abogue por el Slow life.

Muchos, muchos besitos.

Tempus Fugit

Ya estamos a dos de Febrero.
¿Cómo es posible? ¡Si parece qué sólo hayan pasado unos pocos días de las fiestas navideñas!

El tiempo pasa y por suerte, no nos damos cuenta hasta que ha pasado, hasta que pensamos en ello. Creo que de otro modo, sería una locura que nuestro cerebro no podría aguantar.

"Tempus Fugit". Si alguien me preguntara por mi frase favorita, diría que es esta. Esta frase es una expresión en latín que da a entender que el tiempo vuela y que no puedes perderlo. Alguien puede preguntarse que, cómo puede gustarle esa frase a alguien que defiende a capa y espada la cultura del slow life. Me gusta porque es la máxima expresión de la contra posición.
Adoro el slow life. Tener tiempo para comer disfrutando de los alimentos, para reunirme con mis amigos, compartiendo mi vida con ellos. Tener tiempo de pararme a mirar el mar, de notar la brisa en mi rostro, de ver las "gavinas" volar. Y me gusta tener tiempo para pensar en esa frase y en que la humanidad, siempre ha pensado en lo mismo, en la manera de aprovechar el tiempo al máximo, pues esa frase, surge por primera vez, en el poema llamado Geórgicas de Virgilio, un poeta romano que escribió en el siglo veintinueve antes de cristo.

Nada ha cambiado aunque todo es diferente. Seguimos persiguiendo el tiempo y yo me pregunto si la solución no es sino, dejar de pensar en perseguirlo, para vivirlo.

Para explicaros el próximo párrafo, he de advertiros que soy una enamorada del cine en general, pero que disfruto mucho con las películas de desastres. Aquellas que intentan acabar con la tierra, en los que hay maremotos, volcanes, terremotos... etc...etc... Pero eso si, solo de aquellas que acaban bien, aunque, siempre sumidas en una especie de edad media tecnológica.
Aviso, que no soy tecnófoba. Me encantan los chismes electrónicos, pues creo que muchas veces ayudan a conectar con la gente con mucha mas facilidad que en el pasado. Pero por otro lado, creo que nos estamos pasando de la raya a la hora de necesitar cosas.
Queremos más. Trabajamos más para tener más, pero a veces, incluso, nos quedamos sin tiempo para disfrutar de aquello que todo nuestro trabajo nos ha hecho conseguir. Ya lo disfrutaré en el futuro. Cuando me jubile, cuando los niños se hagan mayores, cuando las cosas vayan mejor, cuando...

Y yo me pregunto si en esta vida, donde lo único que no tenemos claro es cuando dejaremos de existir, ¿Quiénes somos nosotros para decidir cuándo vamos a disfrutar de las cosas, si ni siquiera podemos controlar cuanto vamos a durar en este mundo?

Decía John Lenon que, "La vida es lo que te ocurre, mientras te empeñas en hacer otros planes", aunque creo, que si hablo de frases favoritas, además de la ya mencionada, me quedo, (sin querer comparar a un gran cantante con uno de los grandes pensadores del siglo veinte, como fue Mohandas Karamchand Gandhi, más conocido como Mahatma Gandhi), con una de sus educativas frases:

Vive como si fueras a morir mañana. Aprende como si fueras a vivir siempre.

No dejemos de vivir, no dejemos que el tiempo se escape, pero tomemos algo de ese mismo tiempo para disfrutar de las vivencias de cada día. De un atardecer, de la sonrisa de los niños, de las vivencias de nuestros mayores, de una cerveza con nuestros amigos, de una confidencia con nuestros hermanos, o incluso, el suficiente tiempo, para pensar en todo lo que tenemos y en si necesitamos más.

Slow life mis pequeños pensadores y muchos besos, que hacía días que no os besaba.

martes, 1 de febrero de 2011

Fallece John Barry

¡Adiós, maestro!

Hoy no puedo sino hacer un alto en el camino, para dedicar mi entrada al gran John Barry, que cerró sus ojos para siempre ayer, a causa de un fallo cardíaco a la edad de setenta y siete años.

Este gran compositor, autor reconocido mundialmente por las bandas sonoras que acompañaron a grandes películas como, "Nacida libre", "Cotton Club", "Cowboy de media noche"o "Bailando con lobos", nos ha dejado, haciéndonos herederos de su gran legado musical.

Además de sus grandes obras maestras y los numerosos oscars ganados, se le conoce sobre todo por ser el autor de la ya mítica banda sonora de James Bond, pero, permitidme que yo le recuerde por una de las bandas sonoras que marcaron mi adolescencia y que hizo que no viera con tan malos ojos, la música clásica que mis padres escuchaban a todas horas.

"Memorias de África".

¿Quién en este mundo sería capaz de negar que es una obra maestra? Uno de los, ahora ya, clásicos del cine.

Sólo espero que el talento no muera con Mister Barry y que pronto veamos sus enseñanzas, porque de los maestros se aprende aunque no enseñen, en algún film apoteósico como los de antaño.

Mister John Barry, usted ha conseguido que soñara, que riera, que me enamorara y que las lágrimas cayeran desbocadas y sin control, a través de mis mejillas. Usted hizo que me enamorara de África, la tierra donde dicen empezó la vida y que, espero, poder ver y tocar con mis manos algún día, antes de morir. Usted consiguió que me sulfurara, que supiera que el hombre blanco no se portó bien con la raza india, que había otro modo de vivir y que debía luchar por lo que yo deseaba.

A alguien puede parecerle que estoy exagerando. Pero así como lo siento, lo escribo.

¿Qué sería del ser humano sin la música? Ella nos transmite sentimientos que de otra manera sería imposible sentir. Ella nos transporta a mundos que jamás veremos y como dice el gran Andrea Bocelli: "En mi piano, a veces triste, la muerte no existe, si ella está aquí".

Por ello, porque la muerte no existe si la música nos acompaña, Señor John Barry, para mí, usted no ha muerto. Seguirá estando conmigo cada vez que escuche su música, cada vez que me transporte a esos mundos y a esos sentimientos que tan bien describió durante toda su vida.

Gracias por querer compartir con nosotros su talento.

Le llevaré siempre en mi corazón, en mi alma y en mis tarareos, que, espero en el cielo de los artistas, suenen mejor de lo que suenan en la tierra.

¡Gracias por su herencia!

Memorias de África