jueves, 13 de enero de 2011

Preparando el viaje

Siempre que me voy de viaje, llevo más cosas de las que necesito normalmente.

Mi palabras favoritas son: Por si... que vienen de, por si acaso. ¡Ayyyy! Mi por si acaso, a veces me juega malas pasadas y si no tuviera un plazo de salida para el vuelo, se que jamás saldría de vacaciones.

Empecé a creer que mi particular Odisea iba por el mismo camino que cuando salía de viaje. Sabía que era lo que necesitaba y se llamaba Plazo.

Odio los plazos, pero se que son necesarios para no eternizar los proyectos. Si por mi fuera, siempre estaría haciendo cosas. Creo que podría estar escribiendo una novela durante años sin terminarla, pues mis personajes son complicados, especiales, impresionantes, algo retorcidos, pensativos y totalmente originales... ¿Qué escritor no sacaría jugo de personajes de este tipo? Personajes que en definitiva son humanos.

No nos damos cuenta que la gracia del ser humano es ser eso, complicado. ¿A quien le gustan las personas simples? Creo que son aburridas y que esconden en su interior gente mucho más complicada que los que osan mostrarse tal como son. Con sus ideas y sus pensamientos, con sus problemas y sus días buenos. Nadie puede escribir una historia de alguien simple. Bueno, si me pusiera, supongo que si, pero creo que sería bastante aburrido.

Pero, bueno... ¡No dejéis que me vaya por las ramas!... Hablaba sobre el por si acaso de las maletas, aunque, realmente hablaba del por si acaso de mi novela.
Está tan llena de por si acaso. Léela otra vez, por si a caso no te hayas equivocado en algún párrafo. Espera a encuadernarla, por si a acaso, no te hayas confundido en alguna frase...

¡¡Basta ya!! ¡¡Necesitaba un plazo!!
Al menos uno, para encuadernarla y registrarla. Una vez hecho esto, ya veremos.
Un plazo...Un plazo... ¿Os he dicho que odio los plazos? ¡Mmmmmm....!

Lo del plazo se me ocurrió un día antes del pasado fin de año. Qué rápido pasa el tiempo cuando tienes cosas por hacer. En mi familia y supongo que en muchas familias del mundo, el día treinta y uno de diciembre, sale el "home dels nassos" para los que no comprendan el catalán, el "hombre de las narices" o lo que es lo mismo, el hombre que tiene tantas narices como días le quedan al año. Recuerdo de pequeña, como me reía cuando mis padres me decían que tal día como mañana, lo vería. Supongo que a eso se le llama ilusión. Y eso está corroborado, no voy a perder la ilusión jamás, ni siquiera teniendo un horrible plazo que cumplir.

Así que fijé mi plazo final de encuadernación y registro: Lunes, tres de enero de dos mil once.

I hate deadlines... ¡Oh Dios! Plazos en inglés significa la muerte de las líneas. ¡Ahhhhh! Si lo piensas bien, eso es un plazo. La muerte de la línea que estás escribiendo. ¡Jo! No me hagáis caso, en alguna otra ocasión, ya he dicho que a veces, "se me va la olla".

¡¡Ah!! Por cierto...aunque tarde... Os deseo un feliz año nuevo, lleno de deseos cumplidos.

Muchos besitos a tod@s y slow life, aunque sea con plazos.

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