miércoles, 21 de noviembre de 2012

La neurastenia y el ego de los escritores





Hace bastante que no escribo en el blog, y para ser sincera, no es porque las musas me hayan abandonado, (que también), si no es que hay tantas cosas en el mundo que van mal, que siendo este blog una odisea de la posible publicación de mi 1ª novela, se me ocurren un millar de cosas que escribir y ninguna sobre las páginas de mi primer libro, que parece esté en Stand By, aunque realmente, hasta aquí puedo leer.

El otro día me sumergí en las páginas de un libro que hablaba sobre el peligro que tiene una mujer que lee. Irremediablemente ahora debo comprar el siguiente volumen que trata sobre el peligro que tienen las mujeres que escriben, espero que no esté descatalogado.
Resulta que aprendí una nueva palabra, (no es que la desconociera, sino que hacía mucho que no la veía escrita), la palabra era ni más ni menos que, neurastenia.

Ya en el pasado, los síntomas de la neurastenia eran un exceso de sentimentalismo y una centralización del pensamiento en el propio yo. Si unes esto a un terrible cansancio cada vez que haces un exceso laboral ya sea físico o mental, y a cambios de humor que rayan con la histeria, tienes esta curiosa enfermedad mental que dicen que tiene que ser tratada por un psiquiatra.

A parte de no tener la mayoría de los síntomas, sobre todo lo del cansancio y lo de la histeria, que si sería algo de lo que tuviera que preocuparme, no dejó de extrañarme que uno de los síntomas fuera pensar excesivamente en uno mismo. ¿Acaso en este mundo cada vez más deshumanizado no somos entonces todos un poco neurasténicos? O mejor dicho, ¿no tenemos los escritores algo de esa enfermedad? ¿Acaso hay algún escritor al que no le guste que hablen de sus obras, o sea de su yo?

Siguiendo un recorrido por internet de la palabra neurastenia, he llegado a la entrada de un blog al que el autor, (del que curiosamente me hablaron unos chicos durante un proceso de ligoteo hace ya un año), ha llamado, “Yo, yo y yo”, y en el que habla sobre la vanidad de los escritores, con el que me he encontrado sumamente identificada.

Yo, que quiero hacerme un hueco en el mundo editorial. Yo, que como el autor del blog dice, creo que tengo muchas cosas que decir. Yo, que creo que a la gente le puede interesar lo que escribo, (y fijaros cuantas veces ha salido ya el pronombre personal en primera persona), pues eso, yo, lucho cada día contra la vanidad del autor porque sé que la humildad vende más, (solo hemos de remitirnos a Messi y a Cristiano para confirmar mis palabras), aunque en verdad no es que venda más, (porque ya me diréis si no fue un gran producto la pedantería que se nos vendía hace un tiempo a través de la imagen de un señor del jurado de cantantes que los ponía a todos a parir, porque él sabía mucho más que todos ellos juntos), pero si eres humilde, caes mejor.

¿Le importa eso a un escritor? ¿Caer bien a la gente es una parte importante en la escritura? No lo sé, pero creo que yo haré todo lo posible para que mi humildad gane la batalla a mi vanidad, porque es algo egoísta, lo sé, pero es la única manera de mirarme al espejo y decirme: “lo estás haciendo bien”. No es que yo no sea humilde, (aunque jamás me enseñaron a serlo, es una lección que he aprendido solita), sino porque es fácil caer en la vanidad cuando lees como alaban tu obra. Es cierto que todos somos algo vanidosos, pero creo que necesitamos la humildad para no volvernos locos cuando en vez de alabanzas, lees alguna crítica feroz sobre lo que has escrito, (creo que es una de las peores pruebas por las que ha de pasar un artista y os aseguro que acostumbrarse a ellas es algo muy difícil, aunque estoy aprendiendo la lección a marchas forzadas, y por suerte tengo un ángel de la guarda muy humano que me protege para que no desfallezca en este difícil camino).
No os creáis que es una batalla fácil. Me encanta hablar sobre mis libros, me gusta defender a los personajes que he creado como si fueran mis propios hijos. Ellos no pueden hacerlo, así que si yo, que les he creado, no lo hago, ¿quién lo hará?

¡Ohhhh! De veras que es difícil convivir con un artista. Creo que ya puse en otra entrada que durante la presentación de un libro, el autor mencionó que dentro de muchos años, cuando los científicos del futuro estudien la mente de los escritores, descubrirán que algo no funcionaba bien en nuestras mentes, que tenemos un gen extraño y, esto lo añado yo, creo que es imposible pensar tanto, tanto y ser una persona normal. Aunque supongo que en verdad es más divertido.

Como empiezo esta entrada, repito: Hacía bastante que no escribía en el blog, pues escribir me hace pensar y pensar me hace dudar, y dudar, la duda es la peor enemiga para un escritor. Y si, puede que ahora nadie comprenda de qué estoy hablando, aunque como todo en esta vida, todo tiene un final y sea bueno o malo, pronto terminará y podré decidir qué camino tomar de nuevo.

Porque lo divertido de esta vida es que siempre podemos volver a empezar.

Slow Life... aunque a veces sea incompatible con lo que está sucediendo, seguiré por este camino.

Besitos, (es verdad, hacía tiempo que no os besaba). ¡Muacs, muacs y remuacs!

martes, 2 de octubre de 2012

Las enseñanzas de Esopo




Recuerdo que, ya desde bien pequeña, adoraba el arte de leer. Me pasaba horas y horas enfrascada en los cuentos que mis padres me compraban y, aunque sé que a lo mejor es un recuerdo forjado por mi imaginación, creo recordar que desde bien niña, me quedaba mirando la gran estantería que cruzaba uno de los salones de mi casa, de pared a pared y de suelo a techo, pensando cuando podría yo, comenzar a leer esos grandes libros que ahora aún no se encontraban a mi alcance.

Rememoro largas tardes con apenas seis años en una pequeña sala donde mi madre se dedicaba a hacer media, mientras yo, sobre una alfombra que cubría el suelo, leía las palabras de esos maravillosos cuentos que me trasladaban a otros mundos. Hoy en día aún conservo la maravillosa colección llamada el mundo de los niños de la editorial Salvat.

La vida era diferente en aquel tiempo, no digo que fuera mejor, pero si diferente, y si bien recuerdo con cariño las maravillosas fábulas de Esopo, recuerdo también que jamás me gustó el cuento de la lechera, pero que si en cambio, uno de mis favoritos, era la leyenda del padre, el hijo y el asno.

Había una vez un padre y su hijo que fueron al mercado para vender su asno. De camino a la ciudad caminaban los dos al lado del animal cuando al cruzarse con unos transeúntes escucharon sus comentarios en los que decían:
- ¡Qué gente más tonta, el burro descansado y ellos dos a pie!
A lo que el padre le dijo al hijo:
- Tienen razón, sube tu hijo y yo caminaré a tu lado.
Volvieron a cruzarse con otros transeúntes que exclamaron:
- ¡Esta es la juventud de hoy, el hijo descansando sobre el asno y el padre caminando a su lado!
A lo que el padre dijo:
- Tienen razón, subiré yo en el asno y tú puedes caminar.
Acercándose a la ciudad, se cruzaron de nuevo con otro grupo de transeúntes que dijo:
- ¡Qué descaro, el padre sobre el asno y el hijo cojeando y a pie!
A lo que el padre dijo:
- ¿Sabes qué? Tienen razón. Subiremos los dos en el burro.
Cuando llegaron al mercado, algunos transeúntes osaron decirles:
- ¡Qué vergüenza, dos hombres fuertes sobre un pobre asno, esto es que no tienen corazón!
Padre e hijo bajaron del asno y decidieron cargar al animal sobre sus hombros. Este iba muy incómodo y tras el traqueteo al pasar por las tablas de un puente, el animal dio tres coces y los tres cayeron al agua.

La leyenda termina diciendo:
- Aquel que a todos quiere complacer a nadie acaba por satisfacer.

Es una lección que aprendí desde bien pequeña y aquello forjó en mí un carácter que algunos llaman único y otros transgresor, pero que ahora que mi intención es meterme cada vez más en el mundo literario, veo que me va a ir de fábula para poder caminar por este mundo tan lleno... tan lleno... tan lleno de transeúntes.

Slow Life!!  

P.D: A veces me pregunto qué carácter tendrán en el futuro los niños de hoy, si ni siquiera conocen quien era Esopo.

viernes, 21 de septiembre de 2012

La risa, a veces, puede ser una mala compañía




Hoy me he levantado demasiado pronto a causa de un sueño raro. A veces esos sueños me inspiran frases que después salen en mis libros, pero esta vez y aunque la historia era muy interesante, me ha hecho pensar en el poder que tenemos los que escribimos, pintamos, filmamos o hablamos en público en nuestras manos y voces, ya que este ha sido muy desagradable, aunque fuente de inspiración para escribir este blog.

Como siempre que sueño cosas extrañas lo he escrito en la libreta que guardo en la mesita de noche, por si más adelante me animaba a incluirlo en una próxima novela, pero tras leerlo he guardado esa idea en el cajón, pues me ha hecho pensar en ese poder tácito que tiene la gente que se dedica a “informar” o “entretener” al mundo en general.

En uno de mis blogs pasados, exactamente en el del día 13 de Septiembre de 2011, titulado: “Podemos reírnos de todo” escribí la siguiente frase: “A veces, en nombre del humor y de la libertad de expresión, la gente cruza límites que no debería cruzar”

Supongo que a estas alturas, muchos de vosotros ya sabréis por dónde voy.

¿De verdad podemos cruzar esos límites sin temer las consecuencias? ¿Hay gente tan mezquina y necia que se jugaría la vida por la fama? ¿Tan necesitados están que han de salvar sus negocios entrando en una polémica a la que acompaña la parca en su camino?

Jamás defenderé a los violentos, ni a los exaltados, ni a los radicales, pero tampoco defenderé a los que en pos de la libertad de pensamiento escriben o dibujan cosas que pueden llegar a ofender a millones de personas.
Lo que más me gusta son las declaraciones de uno de los dibujantes: “Para mí, Mahoma no significa nada, soy ateo y a mí esas viñetas no me ofenden” ¡Ahhh! claro... como eres ateo, no te ofende que se metan con una religión que no es la tuya. ¡Qué listo eres!

Pues miren señores dibujantes, si algo he aprendido de estudiar el pasado, es que conocerlo, evita que se repitan los mismos errores. ¿Se acuerdan de las viñetas que dibujaban los nazis sobre los judíos? ¿En qué se diferencian esas de las que ustedes han dibujado? ¿Acaso no se están riendo y burlando de una religión, que por supuesto no es la suya, tal como los soldados alemanes lo hacían con sus “enemigos”? ¿Es que acaso desconocen todos aquellos que se creen que la libertad de expresión les da permiso de hacer absolutamente lo que quieran, la palabra RESPETO?

No es su religión, ¡bien!

Es usted ateo, ¡bien!

¡Felicidades! Se ha liberado del yugo de la religión y se considera mucho más inteligente que la gente que cree en algo más, vamos a llamarlo divino. 
¿Quiere que le diga una cosa? No me parece más inteligente que aquellos que en nombre de esa religión asaltan embajadas y matan a gente, y además, creo firmemente que usted y todos aquellos que no piensan antes de publicar ciertas cosas, son responsables de alguna manera, de lo que esos exaltados hacen.

Polémica, provocación, que poco me gustan estas palabras y cuanto daño hacen al ser humano. Por eso odio a los trolls y no, no me refiero, a los del señor de los anillos.

Cada uno ha de ser consecuente de sus actos y como dice un proverbio árabe: “Si lo que vas a decir, no es más bonito que el silencio, ¿Por qué lo dices? En este caso sustituya el verbo decir por el de dibujar y aplíquese el cuento, porque yo de usted, si me mirara al espejo, no estaría orgullosa de mis actos.

Por mucho que defienda la libertad de expresión, siempre hemos de tener alguna clase de límites, si no, esto sería el caos, la anarquía y si, en este caso, el fin del mundo tal y como lo conocemos.

Slow Life.

martes, 11 de septiembre de 2012

Onze de Setembre del 2012




He tornat de vacances en un dels millors dies.
Avui és la Diada de Catalunya i per això en honor a aquest gran dia escric en català, (para los que no comprenden este idioma, hay un traductor magnífico en el lateral derecho).

Jo, que escric les meves novel·les en la llengua de Cervantes, en castellà, en espanyol, en un idioma ric, jo, em sento catalana. Ara més que mai.
Sóc catalana i sé que avui és el primer dia d’un camí cap al nostre propi estat dins d'Europa.
Sé que això de posicionar-me, em crearà enemics, encara que mai entendré aquest odi latent que alguns tenen a la gent que no pensa com ells, a les persones que històricament mai han pensat com ells a no ser en èpoques on els ideals van ser subjugats per la força.

Visc en una nació on pensem diferent, parlem un idioma diferent, encara que ens sentim orgullosos de ser bilingües o fins i tot trilingües. Per què és tan difícil que Espanya entengui que no passa res perquè vulguem recuperar el que fa 300 anys se'ns va arrabassar?
Sempre he pensat que si mai haguéssim estat una nació, no tindríem aquest instint que alguns els ve de gust cridar separatista, independentista, o antisolidari.

Espanya és gran, no necessita a Catalunya, i per descomptat, la Nació Catalana no necessita a Espanya. És tan absurd que se'ns retingui en un lloc en el qual no volem estar com si ara Espanya digués d'envair Portugal, solament per que es troba dins de la península.

Deixeu que ens anem, sense odi, sense rancor, deixeu que visquem la nostra vida tal com hem decidit viure-la.
Fa dos anys vam dir al món que nosaltres decidíem, ara hem decidit, ara sabem el que volem.
Volem ser lliures.

No tingueu por. Nosaltres no en tenim. Deixeu que ens anem en pau, perquè el que cregui que pot retenir-nos per la força, va molt equivocat.

Els catalans som forts, no en va fins ara hem celebrat una derrota com el nostre dia.

Catalunya triomfant tornarà a ser rica i plena. Ara es el moment!
I ara sí, ara, sé que no hauré d'esperar molt per veure Catalunya independent com un nou estat d'Europa.

I de veritat que em sap molt de greu si els meus ideals ofenen a algú, però això és la democràcia, tots som lliures de defensar les nostres idees.

Deixeu que ens anem, perquè amb permís o sense ell, ho farem.

Visca Catalunya i visca els catalans!!

sábado, 14 de julio de 2012

Vacaciones a lo pobre



Hace bastante que no escribo sobre la política actual, y no lo hago por prescripción médica.
Bueno, en verdad, acostumbrada a auto medicarme, me lo he prescrito yo misma, por mi salud mental; que sabe que nada puede hacer contra esta dictadura democrática, y por mi salud personal; pues es pensar en el barbitas, en el de la ceja, y en la madre que los parió a todos y me pongo de una mala leche que para qué.

Sí, sé que como futura escritora debería cuidar más mi estilo, pero vamos, esto es mi blog personal, así qué... si no puedo poner lo que pienso, sin tener que matizar mis palabras en mi bitácora, no sé dónde podré hacerlo.

No voy a escribir mucho porque me voy de vacaciones. Sí, sí... desde mañana estoy oficialmente de vacaciones, al menos hasta el 31 de agosto.
Como la mayoría de españoles, mis vacaciones, aunque más largas que las de muchos, van a ser “a lo pobre”... Este año no hay viajes al extranjero, ni siquiera a mi isla favorita. Por no haber, no hay ni cine, ni aperitivo en la terracita de algún bar, ni compras de rebajas...
Si alguno se pregunta aún el porqué, esto es gracias a nuestros queridos gobernantes. No hay dinero para gastos superfluos, así que hace ya dos meses que he dejado de gastar, y así voy a hacerlo al menos hasta fin de año, que las Navidades no me las fastidia, ni la crisis, ni el barbitas, ni siquiera Andrea Fabra, que con su mala educación nos ha demostrado que clase de diputados tenemos. Y mire señora mía, me da igual si se refería a los parados o al PSOE, es usted una maleducada, soez, indigna de estar en el puesto que ocupa y para nada merecedora de mi respeto.

Vale Gloria, vale... como tú bien dices... Slow Life!!! Ya está... ya pasó...

¿Comprendéis ahora porque hablo tan poco de política últimamente?

Retomando el tema... Me voy de vacaciones. Unos días en la playita en casa de mi cuñada, otros en el campo en casa de mi madre... ¡Qué bien! ¡Relax! ¡Descanso! Tiempo para poder leer, (al fin), el último libro de Auel que hace ya bastante que compré, y aún no he tenido tiempo físico para ni siquiera abrirlo... y unos días a solas, completamente a solas con mi compañero, amigo, amante y esposo... ¿Qué más puedo pedir?

Si yo soy de buen conformar... Ja, ja, ja.

Esas risas solo significan que estoy de vacaciones y todo suena bien en vacaciones, así que hasta mi vuelta, me niego a encender el televisor y a mirar las noticias. Dedicaré estos días a leer, a vivir, a sonreír, a sonreír mucho, muchísimo, a reír como cuando era una niña y a disfrutar de esos momentos que en el día a día pasan por nuestro lado escapándose de nuestras manos como al final se nos escapa la vida.
Dedicaré mis vacaciones a vivir intensamente cada minuto del día, cada palabra, cada saludo, cada sonrisa, cada mirada, sin preguntarme el porqué de ello.
Dedicaré mis vacaciones a vivir, porque señores y señoras, al contrario de lo que nos quieren hacer creer, la vida se puede vivir gastando lo mínimo.

Así que me despido de todos y todas con muchos besitos...

Mmmmm... ¡No, no! ¡Qué va! Os voy a dar unos besotes y unos besazos bien grandes para todos los que me leéis. Os deseo que paséis unos días felices y llenos de cosas bonitas...

Ah!! Y sobre todo, Slow Life!!

P.D: Nos vemos en Septiembre, espero que con felices noticias que anunciaros.

¡Muacs, muacs y remuacs!