viernes, 1 de junio de 2012

Esperar lo inesperado


Dicen que la espera desespera al que espera.

¡Cuánta razón tienen!

A pesar de ser una fiel defensora del movimiento Slow Life, he de decir que, yo también a veces, me desespero un poquito con esto de tener que esperar. Sobre todo, porque mientras lo haces, te preguntas si este es el camino, mientras escuchas a todos lo que te rodean dar su opinión. En verdad quieres escucharles, pues sabes que te quieren y que opinan lo que creen mejor para ti, pero los que habéis leído este blog en alguna ocasión, sabéis que soy la primera a la que le cuesta ir por los caminos preestablecidos, y ahora que lo he hecho, me pregunto cada día si este es el camino correcto, o si como tantos otros, he de hacer las cosas por mi cuenta para tener éxito.

Debido a mi inexperiencia en el mundo literario, mi cabeza, ahora mismo es un hervidero de preguntas, pero he decidido esperar sin desesperarme, así que, tal como os anuncié, ahora llega vuestra parte, aquella en la que os dais de alta como jurado en el premio de Novela de Círculo de Lectores, y os comprometéis a leer las tres novelas finalistas, para decidir por cuál de ellas votáis.

A continuación os dejo los links y la dirección escrita, (por si el primero no funciona), para que os informéis bien y os deis de alta como jurado.

Bases para ser Jurado   http://premio.circulo.es/Pages/bases.aspx

Página de registro para daros de alta como Jurado  http://premio.circulo.es/Pages/registro.aspx

Veréis que en el registro, os solicitan vuestro número de socio de círculo de lectores, pero si no lo sois, dejadlo en blanco, pues me ha comentado un fan, que ya se ha dado de alta, que no es necesario serlo para ser miembro del mismo.

Espero que todos los que os deis de alta, podáis leer mi novela para juzgarla, (aunque no sepáis cual de las tres es), ya que eso significará que se encuentra entre las finalistas. Si no es así, os doy las gracias por anticipado, por apoyarme en esta mi carrera al triunfo, pero si Ella llega a la final, (y aunque quede mal decirlo, pues soy su creadora, creo que tiene todo lo necesario para hacerlo), estaré muy orgullosa de que podáis ser vosotros los primeros en leerla, y en leer todas vuestras opiniones, pues nada somos los autores sin vosotros, los lectores.

¿Os he dicho que sortean 5 Ipads entre todo el jurado?

Slow Life... aunque cueste, siempre slow life.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Elegir un camino en la vida no es fácil



¿Qué es mejor? ¿Saber lo que quieres de esta vida siendo joven, o descubrirlo cuando eres ya mayor? ¿Vivir la vida y experimentar las cosas hasta descubrir lo que verdaderamente te llena el espíritu, o seguir un camino desde el principio porque crees que es el correcto, pues así te lo han mostrado los más allegados a ti?

¿Cómo sabes si es el camino correcto o si es lo que te gusta si no has experimentado nada que vaya en contra de esos pensamientos? ¿Si no has confrontado lo que piensas con ideas contrarias?

Tendemos a enseñar a nuestros niños, (hijos, sobrinos...etc...etc...), a que se decidan por un camino desde su más tierna infancia. ¿Qué quieres ser de mayor? ¿Qué es lo que te gusta? ¿Qué vas a estudiar? ¿A qué quieres dedicarte?

¿Cómo puñetas lo van a saber si hay tantas cosas que experimentar en esta vida?

Yo de pequeña quería ser arqueóloga, viajar a Egipto, desenterrar tesoros y entender nuestro pasado. Cuando vi que esta opción era imposible, (por motivos que no vienen al caso), quise montar un grupo de rock, luego quise ser periodista y por último diseñadora.
Podéis deducir por todo ello que estaba súper perdida, aunque he de decir que al final, con los años, consigues encontrarte.

Es curioso que escribiendo desde que tengo uso de razón y apasionándome el inventar nuevos mundos, nuevas vidas para escribir sobre ellas, jamás pensé en ser escritora, a pesar que mis antepasados lo fueron, (por hobbie), pero de alguna manera plasmaron sus pensamientos y sus obras en trozos de papel que, gracias a mi vena de querer conservar el pasado, aún guardo entre mis tesoros.

Tendemos a pensar que no podemos vivir de aquello que nos apasiona, cuando al final te das cuenta que en verdad, aquello que haríamos gratis es lo que verdaderamente queremos ser. 
Aquello en lo que pones tu alma y tu corazón, es lo que siempre sale bien, porque la pasión es lo que tiene, te hace ser mejor en cualquier cosa. 
Cuando algo te apasiona, cuando pones todos tus sentidos en ello porque te gusta lo que haces, no hay manera de hacer las cosas mal. 
Puede que a algunos guste más que a otros, puede incluso que a algunos, les horrorice tu trabajo, pero... ¿De veras crees que puedes gustar a todo el mundo?

La entrada de hoy está dedicada a una mente privilegiada, que empieza a darse cuenta que lo que tiene sobre sus hombros le sirve para preguntarse cosas que otros dan por hecho. No sé si es bueno o malo que se parezca tanto a mí, pero me gusta que no sea como el resto de la gente. Que no sea una ameba que sigue los caminos que ya están construidos y que se pregunte si ese es el camino que quiere seguir o si en verdad desea construir uno nuevo.

No es un camino fácil ser diferente, pero os aseguro que es mucho más divertido y que cuando giras tu mente hacia atrás y ves todas las cosas que has experimentado hasta encontrarte, dices:

- ¡¡Uffff, menudo viaje!! 

Slow Life.

viernes, 18 de mayo de 2012

Ser feliz es estar un poco loco



¿Qué diferencia a un loco de una persona mentalmente sana?

Los que leéis mi blog asiduamente sabréis ya que odio las etiquetas, las normas sociales impuestas por unos pocos y que todos seguimos para no salirnos de lo “normal”.

¡¡Cómo odio esa palabra!! NORMAL... 

¿Quién decide qué es lo normal? ¿Por qué al ser humano le gusta tanto ser normal?

Y si al ser humano le gusta ser normal... ¿En qué me convierte no querer serlo?

Se dice que existen diferentes grados de locura. Que dista mucho el loco que no tiene un duro del excéntrico millonario, aunque hagan los mismos actos. ¿Puede un ser humano convertirse en loco a causa de la desesperación? ¿Acaso la locura es solo un síntoma de cuando no puedes más, de cuando ves que tus demonios interiores están pudiendo con tu voluntad? ¿Quién está más loco? ¿Aquel qué decide vivir cómo él quiere, sin importarle nadie más que los que quieren seguirle, o el que se deja atrapar por un trabajo que no le gusta, por una pareja a la que está acostumbrado, o por una vida que no es la que quiere vivir?
¿Acaso es una locura querer decidir cómo quieres vivir el resto de tu vida?

Supongo que a estas alturas los que me conocen personalmente se estarán preguntando... Pero chica... ¿Qué te pasa? ¿A qué vienen tantas divagaciones?

No es que me esté volviendo loca, aunque ya sabéis que algo de locura siempre ha habido en mi vida, pues me niego a seguir los caminos fáciles que han sido marcados por otros, para construir el mío propio, pero escribo esto, pues el otro día, llegó hasta mis manos un vídeo que mostraba a una pareja que había roto con todo para irse a vivir su vida, la que ellos querían vivir, como ellos la querían vivir, donde ellos la querían vivir, y aunque se les veía muy felices, vi un sub fondo de arrepentimiento, pues en una frase final, él decía:
- Soy feliz, pero pido perdón a todos aquellos que han sido dañados por nuestra felicidad-

¿?¿?

¿Pido perdón por ser feliz? ¡¡Qué frase más dura!! Al menos a mí me lo pareció.

¿Con lo difícil que es conseguir ser feliz y cuando lo logras, has de pedir perdón?
Yo creo que no. Pienso que si buscas un sueño, si luchas por conseguirlo y si al final lo consigues, aquellos que no han querido, no han podido, o no han sabido seguirte, es porque no caminan por tu misma vía, así que... ¿Por qué pedirles perdón?

Puede que algunos crean que me falta algo de humildad, mas yo creo que si la gente que te rodea no quiere acompañarte en tu camino a la felicidad, no es tu problema sino el de ellos. ¿No? Estoy hablando siempre desde el punto de vista de no ser feliz a costa de la felicidad de los demás, por supuesto. Quiero decir que creo que se puede llegar a vivir como uno quiere sin dañar a los que te rodean... o... ¿a lo mejor ese chico se refería a eso?... A lo mejor para que ellos pudieran ser felices, otros tuvieron que dejar de serlo...

¿No os parece complicada la vida? Pero... ¡¡¡Qué me gusta que sea así!!!

Slow Life, siempre.

P.D: Y ahora... ahora me voy de finde...  ¡¡Feliz fin de semana a tod@s!!

lunes, 7 de mayo de 2012

A por el premio Círculo de lectores de Novela


Ante todo deciros que la vida sigue, aunque la mayoría de veces es difícil seguir cuando te han arrancado una parte importante de tu ser. 

Los que nos quedamos aquí, hemos de seguir viviendo, por nosotros, y por los que ya se han ido a un lugar mejor, y por ello yo sigo con mi sueño de triunfar, de convertirme en escritora, y de poder vivir de lo que verdaderamente me apasiona, que es escribir. 
     
Así pues, quiero compartir con todos los que me apoyáis en mi Odisea hacia el triunfo dos cosas:

La primera, que ya tengo página oficial de Facebook y que espero que así como me seguís en este blog, lo hagáis en esa página que ya tiene, para mi propia sorpresa, más de 100 seguidores. Solo habéis de tener una cuenta en esa red social, clicar en el siguiente link y pulsar sobre “Me gusta” para manteneros alerta de todo mi trabajo. Página oficial Gloria Codina

La segunda, la más importante y la que anuncia el título de la entrada de hoy, me he presentado a un concurso que me da muy buen feeling, ya que si paso el filtro de los editores y del jurado profesional, y mi novela queda entre las tres finalistas, es el público, o sea vosotros quien decide si gano o no el premio.
    
El concurso se llama “Premio Círculo de lectores de novela”, si formáis parte de Círculo, podréis votar por una de las tres novelas finalistas, y si no, (Y AQUÍ VIENE LA NOVEDAD), a partir de Junio, podéis apuntaros como jurado. Solo tenéis que registraros en la Web de la que pongo el link más abajo, comprometeros a leer las tres novelas finalistas y votar por una de ellas. 

A quien le guste leer, es la posibilidad de acceder a tres novelas inéditas, entre las cuales espero que esté la mía, antes de su publicación, pero además, podréis optar a ganar uno de los cinco Ipads que sortean, que ya querría yo para mí.

Espero que aquellos que me siguen, (a los que les doy infinitas gracias), cliquéis en el “Me gusta” de mi página de Face, y si os animáis, a partir de Junio, os apuntéis como jurado en el concurso, pues me gustaría mucho que vierais mi faceta de escritora, ya que una cosa es tener un blog con pensamientos personales como este, y otra crear una novela desde cero. 

Aquí os dejo el link del concurso:   Jurado Premio Círculo de Lectores de Novela

Sé que aún no soy una gran escritora, que no le llego a la suela de los zapatos a tantas y tantas mujeres que ya han triunfado, pero también sé que tengo la constancia para conseguirlo, el talento para escribir buenas historias, y la empatía necesaria para llegar a los corazones y a la mente de aquellos que me leen, ahora en mi blog o en mis artículos profesionales, y más adelante en mis libros.

Os espero en la red y sobre todo, recordad, 

Slow Life!!

miércoles, 25 de abril de 2012

A mi padre



Podría hablaros de dolor o tristeza. Podría deciros que una sombra oscura y fría ocupa el lugar donde hasta entonces se encontraba mi corazón, pero os estaría mintiendo.
Abril puede que no haya comenzado con noticias alegres para mí, pues el día 15, mi padre, murió en el hospital de Igualada. Tenía 76 años y arrastraba una enfermad desde hacía 20 años.

La esclerosis múltiple se lo llevó, tranquilo, mientras un ángel de bata blanca calmaba su dolor.

Cuando comenzó a dormirse en la oficina, los médicos dijeron que tenía un tumor cerebral, tumor que desapareció como si de un milagro se tratara tras una visita de mis padres a Lourdes, de eso ya hace mucho. ¿Milagro? ¿Error médico? Llamadlo como os guste más, pero después del tumor, vino un infarto cerebral, que le dejó vegetal en una silla de ruedas. Silla de ruedas de la cual, un buen día, se levantó por sí solo y apareció aguantándose en ella en medio del comedor para sorpresa de todos los que nos hallábamos allí, mientras decía: "Sóc massa jove per estar en cadira de rodes"
Tras unos años bien, volvió a enfermar de algo totalmente desconocido, perdiendo poco a poco habilidades, que no añoras hasta que careces de ellas. Al fin, nos dijeron que tenía “Esclerosis múltiple”.
La doctora del hospital que despejó nuestras dudas, nos dijo que nos habíamos acostumbrado tanto a su enfermedad, que no nos habíamos dado cuenta que eso era el final. Que su cuerpo ya no quería vivir más y que el negarse a comer era su forma de decirlo. En verdad, no es que nos negáramos a ver su enfermedad, sino, que, como familia católica que nos consideramos, siempre quisimos tratarla como lo que era, una piedra más en este camino, y por ser mi padre un enfermo excelente, como hombre excelente que también fue, eso nos ayudó a seguir riendo con él, a no tratarle como un enfermo, aunque sin darnos cuenta, eso hizo que nos olvidáramos de que tenía una enfermedad degenerativa que poco a poco le estaba consumiendo.

Siempre hemos creído que él no se dio cuenta de nada, aunque a veces preguntaba que hacia sentado en una silla de ruedas. Era curioso, que cuando le decíamos que ya no podía caminar, el se reía y lo aceptaba.

Durante los últimos años mi padre solo era mi padre a ratos.

¡Pero qué ratos!

Aquel caballero que siempre olía a "Heno de Pravia", al que abrazaba cuando llegaba a casa de trabajar, como todos mis hermanos, quienes dejábamos cualquier cosa que estuviéramos haciendo para, corriendo por aquel largo pasillo de Villarroel, ir a saludarle, mientras nos lanzábamos a sus brazos, siempre abiertos para nosotros. Aquel que se reunía una vez a la semana para “hablar con nosotros” de padre a hijo. Aquel que silbaba a mi madre hacia las seis de la mañana, para desayunar juntos antes de marchar a trabajar. Aquel que me enseñó a amar la música clásica, durante los conciertos de año nuevo, mostrándome y nombrándome los distintos instrumentos cuando poco a poco se iban incorporando a la sonata...
Iba a decir que aquel hombre se ha ido, pero volvería a mentiros. Mi padre siempre estará aquí, conmigo, con mis hermanos y sobre todo con mi madre.

Cuando pienso en la vida conjunta que han tenido durante cincuenta años de sus vidas, veo que su amor siempre fue algo especial. Mucha gente llega a esta edad y se soporta. Se han acostumbrado tanto el uno al otro, que solo se soportan.
Mis padres se amaban, y sé que cuando mi madre miraba a mi padre, ella no veía al enfermo, sino a aquel joven que la enamoró una vez en el castillo de Corbera, mientras bajaba las escaleras con una mesa sobre su cabeza.
Quiero amar así y sé que lo conseguiré, pues él, mi padre, me enseñó a hacerlo. Como también me enseñó que el camino de la vida se ha de caminar con tranquilidad, paciencia, tesón, constancia, mientras aceptas aquello que sucede y que no puedes cambiar.

Yo a eso le llamo Slow Life, aunque mi padre no supiera ni el significado de esa palabra.

En los últimos días no he parado de repetir que mi padre hizo las cosas bien, tan bien, que esperó a irse a las seis de la mañana, pues hacía unas horas que yo le había pedido que de irse, no se fuera en plena noche, pues sigue dándome miedo la oscuridad. Le velé toda la noche, mecida por un semi sueño que era roto por las continuas entradas de aquel ángel que hizo que su marcha fuera tranquila y en paz, y por la mañana, avisó en silencio a mi madre que ya había llegado su hora y se fue arropado por los cientos de besos que ella le dio.

Si, se llevó todo nuestro amor, pero nos dejó el suyo, junto a sus enseñanzas.

Es curioso que debido a su enfermedad, solo me queden recuerdos de él de hace muchos, muchos años, aunque incluso esto quiso hacerlo bien, pues quiso dejarme un bello recuerdo, después de tantos años de no hacerlo, pues sus últimas palabras hacia mí, en una consciencia que nos impresionó a todos, fueron:

¡Que guapa que ets!

Jamás me había dicho mi padre algo tan bello y así voy a recordarlo.

T'estimo papa, i ho faré per sempre.